¿Cómo saber si coquetea o solo es amable?
¡Ay, qué difícil es a veces! A mí me parece que la línea es finísima. Si alguien es amable, lo ves en cómo trata a todos, es parejo. Pero cuando hay coqueteo, ¡uf!, te sientes especial, la atención es distinta, hay más contacto visual, risas… ¡y una tensión que te hace cosquillas en el estómago! Aunque, claro, ¡a veces me he equivocado y he sufrido un chasco!
¿Cómo saber si coquetea o solo es amable? Ay, Dios mío, ¡qué pregunta tan difícil! Me ha tenido dando vueltas la cabeza más veces de las que puedo contar. A veces siento que estoy caminando sobre una cuerda floja, ¿verdad? Un mal paso y ¡zas! Caída libre al valle de la decepción.
Recuerdo a Juan, un compañero de trabajo. Siempre era amable, sí, con todos. Sonreía, preguntaba cómo estabas, cosas así. Nada fuera de lo común. Pero con Elena, la del marketing… ¡uy! La miraba de una forma… como si le salieran chispas de los ojos. Las risas, esas risas… eran diferentes, más brillantes, ¿sabes? Como si cada broma fuera una pequeña declaración de intenciones, un guiño cómplice al universo. Y esa cercanía física… él siempre encontraba la excusa perfecta para rozar su mano con la de ella. Conmigo, jamás. Eso ya te dice algo, ¿no crees?
Claro que luego está el problema del “efecto espejismo”. Cuántas veces he interpretado una simple sonrisa como una invitación a cenar a la luz de las velas… ¡y sólo era amabilidad! Como aquella vez con Carlos, ¡qué ridículo! Me contó un chiste, me reí… y en mi cabeza ya estábamos casándonos en la playa, con una orquesta de mariachis (¡me encantan los mariachis!). La realidad, tristemente, fue un simple “que tengas buen día”. Uff… aún me da un poco de vergüenza recordarlo.
Dicen que la clave está en los detalles. Si la atención es exclusiva, si busca constantemente tu mirada, si hay un tono especial en su voz… ahí sí, quizás haya algo más que amistad. He leído, no recuerdo dónde, que algo así como el 80% de la comunicación es no verbal, una barbaridad, ¿no? Pero bueno, estos estudios, ¿quién los entiende? Mejor irme por lo que siento, aunque a veces mi intuición me juegue malas pasadas.
Al final, supongo que la única forma de saberlo con certeza… es arriesgarse. Pero… ¿y si me equivoco? ¡Ay! Esas dudas, esas inseguridades… ¡qué tortura! Me quedo con la idea de que la mejor respuesta siempre estará en la sinceridad de las acciones y… en escuchar a mi intuición, aunque a veces, la muy traviesa, me confunda.
#Amable#Coqueteo#SeñalesComentar la respuesta:
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