¿Cómo saber si la relación se ha enfriado?
Ay, saber si una relación se enfría es como sentir un escalofrío en pleno verano… ¡doloroso! Si las conversaciones son solo por obligación, si ya ni un abrazo espontáneo hay, y sientes que cada uno va por su lado, como barcos en la noche… ¡mal asunto! Eso no significa el fin, pero sí una señal de alerta gigante. Es como si la llama que nos unía se estuviera apagando poco a poco, y eso duele, da miedo, ¿verdad? Hay que hablar, ¡claro que sí!, y ver si se puede avivar de nuevo el fuego.
¿Cómo saber si la relación se ha enfriado? Ay, qué pregunta… me recuerda a esa sensación de vacío que tuve hace unos años, ese frío que se metía hasta los huesos, a pesar del sol de verano que hacía afuera. Es horrible, ¿no? Como si un muro invisible se hubiera levantado entre nosotros…
Recuerdo una cena, en concreto, una de esas cenas que antes eran puro disfrute, risas a carcajadas hasta que nos dolía la barriga… esa noche, la comida estaba deliciosa, ¿eh? ¡pero qué importa la comida si ni nos mirábamos a los ojos! Hablábamos, sí, pero eran frases cortísimas, como respuestas automáticas, sin ese brillo que antes caracterizaba nuestras charlas. Sentía un vacío enorme, un vacío que no llenaba ni el mejor vino del mundo.
Es como cuando vas navegando, y de repente, te das cuenta que tu barco se está alejando del otro… cada vez más lejos, en una noche oscura sin estrellas para guiarnos. ¿Y qué haces entonces? A veces me pregunto si reaccioné a tiempo, si debí haber hecho algo distinto. La verdad es que… ¡aún lo dudo!
Si las conversaciones son una tarea, si un simple abrazo se siente forzado… ¡uy, que mal rollo! Un estudio que leí, creo que era algo así como un 70% de las parejas que pasan por esto, lo achacan a la falta de comunicación, ¡qué barbaridad! Yo, personalmente, creo que es más que eso, es una suma de pequeños detalles, un desinterés que se va acumulando hasta formar una gran bola de nieve.
No digo que sea el fin del mundo, ni mucho menos… ¡pero es una señal de alarma gigantesca! Es como si esa llama que nos unía, esa llama que al principio ardía con tanta fuerza, se estuviera convirtiendo en una simple brasa… apagándose poco a poco, casi imperceptiblemente, pero con una angustia que te come por dentro. Da miedo, sí, ¡mucho miedo! Pero hablar, aunque cueste, es fundamental. A veces, solo hace falta avivar esa llama, buscar la chispa que la encendió al principio, ¿no crees? Quizás con una escapada romántica, una noche de esas de antes, sin distracciones… o quizá simplemente con una conversación sincera, desde el corazón. Aunque, claro, a veces… a veces ya es demasiado tarde.
#Amor Distante#Relación Fría#Señales AmorComentar la respuesta:
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