¿Cuando te das cuenta que el amor se acabó?
El silencio se vuelve más denso que las palabras. Ya no hay discusiones acaloradas, ni reproches apasionados. Un gélido manto de indiferencia lo cubre todo. ¿Cuándo te das cuenta que el amor se acabó? No hay un manual de instrucciones, ni una fecha en el calendario que marque el deceso de un sentimiento. Pero existen señales, susurros casi imperceptibles que, como el goteo constante de una gotera, erosionan los cimientos de la relación hasta dejarla en ruinas. La confianza, ese pilar fundamental sobre el que se construye cualquier vínculo sano, se convierte en el primer indicador de la decadencia.
Su ausencia no se manifiesta únicamente en la infidelidad, que es la punta del iceberg, sino en la lenta y silenciosa descomposición de la intimidad. Ya no compartes tus sueños, tus miedos, tus anhelos. La transparencia que caracterizaba los primeros años de la relación ha dado paso a una opacidad turbia. Y es entonces, en ese preciso instante en que la necesidad de control se apodera de ti, cuando debes encender las alarmas.
Ese impulso de revisar el móvil de tu pareja, de espiar sus redes sociales, de interrogarle sobre cada detalle de su día, no es una muestra de amor, sino un síntoma inequívoco de la desconfianza que ha echado raíces en tu corazón. Dudas de sus acciones, de sus palabras, incluso de sus silencios. La sospecha se convierte en una compañera inseparable, que te susurra al oído historias de traición y engaño. Y en ese escenario de incertidumbre y recelo, el amor comienza a asfixiarse.
La pérdida de la confianza es como una grieta en un cristal. Al principio, apenas se percibe, una línea fina y casi invisible. Pero con el tiempo, esa grieta se expande, se ramifica, hasta que el cristal termina por quebrarse en mil pedazos. Recuperar la confianza es un proceso arduo y complejo, que requiere un compromiso mutuo y una profunda introspección. Si la voluntad de reconstruir ese pilar fundamental está ausente, entonces, quizás, ha llegado el momento de aceptar que el amor, tal y como lo conocías, ha llegado a su fin. No se trata de un fracaso, sino de una transformación. El final de una historia puede ser, a su vez, el principio de un nuevo capítulo, una oportunidad para aprender, para crecer y para, eventualmente, volver a amar, esta vez, desde la solidez de la confianza en uno mismo y en la vida.
#Amor Acabado#Amor Terminado#Fin Del AmorComentar la respuesta:
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