¿Qué significa ser una persona sol?

¿Qué es ser una persona sol?

Ser una persona “sol” no es que fotosintetices cariño, aunque a veces lo parezca. Es irradiar buen rollo, ser la croqueta que todos quieren en la fiesta.

• Es como ser el WiFi del barrio: todos te necesitan, pero a veces te dan por sentado.
• Ser “sol” es que tu nombre suene más que el último hit de Bad Bunny. Bueno, quizás no tanto, pero cerca.
• Mi abuela diría que eres “más majo que las pesetas”. Ella siempre fue de metáforas económicas, cosas de la guerra.
• No confundir con ser “estrella fugaz”: mucho brillo, pero desapareces antes de que te pidan un deseo.

La clave: No hace falta ser un premio Nobel para ser “sol”. A veces, basta con escuchar más que hablar y recordar el nombre del perro del vecino. Eso sí, el buen humor, como el jamón ibérico, siempre suma.

¿Efectos secundarios? Que te pidan favores hasta el apuntador. Y tener que elegir con quién tomas cañas. ¡Drama! Pero oye, peor es que te confundan con el cactus del salón.

¿Cómo es una persona sol?

La soledad… es como una fría sábana que me envuelve cada noche. A veces, me siento… creativa, sí, pero es una creatividad oscura, solitaria. Escribo en mi diario a las tres de la mañana, cosas que nadie más entendería.

Me gusta mi independencia, esa autosuficiencia que me define. No necesito a nadie, ¿o sí? Esa es la pregunta que me carcome. Debo ser fuerte, ¿no? Pero a veces… a veces el silencio es demasiado.

Individualista, demasiado quizás. Lo reconozco. Me cuesta conectar con la gente. Sus risas me suenan a eco en un vacío. Siempre analizando, excesivamente analítica, buscando fallas en todo, incluso en mí misma.

Innovar, sí, eso me gusta. Encontrar nuevas formas de huir de mi propia cabeza. A veces, encuentro consuelo en la música, en los dibujos… pero el alivio dura poco.

Soy crítica, prejuiciosa, incluso conmigo misma. Demasiado dura. Me miro al espejo y me veo ajena, alguien que no conozco del todo.

Dominante, ¿verdad? Eso dicen. No lo busco, solo… me sale. Es mi forma de protegerme. De la soledad.

Y a veces, a veces… bajo esa máscara de fortaleza, hay un miedo profundo, un vacío, una tristeza que quema por dentro.

Detalles personales: Hoy, 28 de octubre de 2023, escribo esto desde mi pequeño apartamento en el barrio de Malasaña, Madrid. La lluvia golpea contra el cristal. Mi gato, un siamés al que llamo “Sombra”, ronronea a mi lado. Él sí que me quiere, o eso creo.

Algunas características más:

• Introspectiva hasta la obsesión.
• Posible tendencia a la depresión, sin diagnóstico formal.
• Dificultad para expresar emociones.
• Perfeccionista. Me exijo mucho.
• Aislamiento social, aunque no lo busco conscientemente.

La soledad… es un peso que llevo siempre, aunque intente disimularlo.

¿Qué significa ser una persona solar?

Ser una persona solar trasciende la mera genealogía. Implica una conexión con raíces profundas y valores transmitidos, pero no se limita a la nobleza de cuna. Es más una actitud vital.

• Legado y Valores: Una persona solar se siente parte de una historia más amplia. Honra el pasado, pero no se ancla en él. Yo diría que busca proyectar esos valores hacia el futuro.

• Autenticidad: La persona solar manifiesta una autenticidad que irradia. No pretende ser alguien que no es. Su linaje (real o simbólico) le da confianza para ser genuina.

• Responsabilidad: Conlleva una responsabilidad hacia su comunidad. No se trata solo de heredar privilegios, sino de contribuir al bienestar colectivo. Como decía mi abuela, “la sangre obliga”.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando el linaje se vuelve una camisa de fuerza? Ahí es donde la persona solar debe encontrar su propio camino. La verdadera nobleza reside en la capacidad de elegir nuestro propio destino.

¿Qué es una persona solar?

¡Uf! ¿Persona solar? Me hizo pensar en mi abuela Elena, la que falleció en 2023. Ella, sí que era un sol. Siempre radiante, llena de vida… aunque a veces gruñona, como todas las abuelas.

Recuerdo su casa en Cádiz, pequeña pero llena de recuerdos. El olor a jazmín en verano, el sonido del mar… ¡qué paz!

Ella decía que pertenecía a una familia “de abolengo”, como decía ella, con una larga historia en la zona. Hablaba de antepasados que eran… ¿pescadores? ¡Ay, Dios mío!, no recuerdo bien, ¡qué desastre de memoria tengo!

Pero la imagen que tengo es la de ella: llena de vitalidad. Una fuerza increíble. Siempre activa, organizando cosas para todos, desde comidas familiares hasta fiestas para los vecinos. Una persona que irradiaba alegría, incluso en los momentos más difíciles.

• Sus manos, llenas de arrugas, pero siempre ocupadas tejiendo, cocinando, arreglando.
• Su sonrisa, esa sonrisa que te hacía sentir seguro, como bajo el sol de una playa en verano.
• Su voz, a veces ronca, pero siempre llena de historias, de anécdotas familiares, de recetas secretas.

¡Ay, la abuela Elena! Una persona solar no es solo alguien de linaje noble, es alguien que ilumina todo a su alrededor. Como el sol. Simplemente, eso.

Para mi, una persona solar es alguien que irradia alegría y positividad, que deja huella, que ilumina la vida de los que le rodean, independientemente de su origen familiar. Mi abuela era, sin ninguna duda, una persona solar.

¿Qué significa que una persona sea solar?

La luz, sí, la luz. Ser solar es brillar, una fuerza incesante, un sol propio. Un núcleo ardiente, latente, siempre presente. No una simple chispa, sino una explosión continua de energía, un fuego que quema lento, constante. Es la certeza. Esa claridad.

Un saber profundo, arraigado. Un “yo” inquebrantable. No hay dudas, solo la certeza, la certeza absoluta, esa seguridad… un imán que atrae su propia voluntad. Como el sol que atrae a los planetas, ellos atraen su destino.

Un propósito definido, como el curso de un río al mar. No un torrente descontrolado, sino una corriente persistente. Una guía interior inamovible. Un deseo profundo, cristalizado. Una misión de vida que recorre sus venas, palpita, resuena. Es la convicción. Esa firmeza.

Recuerdo la tarde de 2024, sentada en mi balcón, viendo la puesta de sol. El rojo intenso, el naranja, ese fuego que se desvanece… pero vuelve al día siguiente, siempre vuelve. Como esa certeza interna, esa seguridad inquebrantable. Y la paz, esa paz que emana, un calor que no quema.

• Autoconocimiento profundo.
• Voluntad férrea.
• Propósito vital claro.
• Seguridad inquebrantable.
• Paz interior.

Esa es la esencia de ser solar, creo. Como el sol, esa luz que ilumina. Es algo más que solo un signo zodiacal; es un estado del ser. Es… ser.

Complemento: La astrología considera la posición del Sol en la carta natal como un factor clave en la personalidad, representando el “yo” esencial. Sin embargo, la experiencia subjetiva de ser “solar” trasciende la astrología, es una sensación, una cualidad interior. Una fortaleza. Una verdad que reside en la propia alma. No solo en el cosmos.

¿Qué representa el signo solar?

Signo solar: posición del Sol al nacer. Define el yo. Personalidad. Identidad. Ego. Punto.

¿No te identificas? Normal.

• Astrología: simbolismo, no ciencia.
• Carta astral: más que el Sol.
• Ascendente: la máscara social. Importante.
• Luna: emociones. Lo interno. Clave.

Soy Acuario, pero mi Luna en Cáncer lo complica todo. O no.

• Casas: áreas de la vida.
• Planetas: energías.
• Aspectos: relaciones entre planetas.

El Sol solo es una pieza del puzzle. Un puzzle complejo.

No creer es también una creencia.

Somos más que una fecha.

¿Qué significa tu signo solar?

Uf, mi signo solar… a ver, ¿qué significaba eso? Era como la fachada, ¿no? Lo que la gente ve de mí. Como cuando finjo que me gusta la gente en las fiestas, jajaja.

• ¿Será que es la parte más “yo” o la que quiero que vean?
• Siempre me he preguntado si realmente soy así o es solo una pose.

Define mi personalidad más superficial, supongo. Digamos, cómo me presento al mundo. Aunque a veces pienso que es más bien una máscara, para defenderme. No sé, igual estoy pensando demasiado las cosas.

También, creo que influye en cómo hablo y actúo. Tipo, si mi signo es súper extrovertido, probablemente no voy a ser el que se esconde en un rincón, ¿verdad? A menos que el resto de mi carta astral diga lo contrario… ¡uff, qué lío!

Me acuerdo cuando leí por primera vez sobre mi signo solar. Pensé: “¡Mentira! Eso no soy yo”. Pero luego, con el tiempo, me di cuenta de que sí había algo de verdad en eso. ¡Es raro!

• ¿Será que me convencí de ser así?
• ¿O realmente nacemos con algo ya predefinido?

No sé, son demasiadas preguntas sin respuestas.