¿Qué color sale si mezclo naranja y azul?

A ver, ¿qué pasa si combino naranja y azul? Mmm… ¡Marrón! Sí, sale un marrón terroso, ¿verdad? No sé tú, pero a mí me flipa cómo dos colores tan vivos, tan “¡aquí estoy!” como el naranja y el azul, acaban creando algo tan… cálido. Algo que te abraza.

Me recuerda al color de la tierra después de la lluvia, ¿sabes? Ese marrón oscuro, casi brillante, que huele a… a vida. A promesa. Y mira, puedes jugar un montón con el marrón resultante. Si le echas blanco, sale un tono más suave, como un beige tostado, súper tranquilo. Pero si te pasas con el negro… ¡boom! Marrón chocolate intenso, de esos que te dan ganas de comértelo a cucharadas.

A ver, una vez, cuando era pequeño, estaba pintando con mi abuelo. Teníamos un lienzo enorme, y queríamos hacer un árbol gigante. Mezclamos sin pensar, un poco de esto, un poco de lo otro… y al final, ¿adivinas qué color salió para el tronco? ¡Exacto! Un marrón precioso, súper natural. Mi abuelo sonrió y me dijo: “Ves, hijo, a veces las cosas más bonitas nacen de la mezcla de opuestos”. Y la verdad, esa frase se me quedó grabada.

Es que es eso, ¿no? Que a veces pensamos que los colores, igual que las personas, tienen que ser siempre brillantes y llamativos. Pero el marrón, con su humildad, su calidez, nos recuerda que la belleza también está en lo sencillo, en lo terrenal. Y que de la mezcla de cosas diferentes pueden salir cosas maravillosas. ¿No crees?