¿Quién califica las estrellas de los hoteles?

El Misterio de las Estrellas: ¿Quién decide la categoría de un hotel?

Dormir bajo un techo de cinco estrellas. La frase evoca lujo, servicio impecable y una experiencia inolvidable. Pero, ¿quién decide que un hotel merece tal distinción? La respuesta, a diferencia de lo que muchos creen, no es universal ni sencilla. No existe un único organismo global que dictamine la categoría de un hotel. En realidad, un complejo entramado de entidades se encarga de esta tarea, utilizando criterios que, si bien buscan estandarizar la calidad, varían considerablemente.

Principalmente, podemos identificar tres grandes grupos que otorgan estrellas a los hoteles:

• Organismos oficiales de turismo: Dependiendo del país o región, existen entidades gubernamentales o semigubernamentales encargadas de clasificar los establecimientos hoteleros. Estas clasificaciones suelen basarse en regulaciones específicas, inspecciones in situ y el cumplimiento de requisitos mínimos obligatorios en materia de infraestructura, servicios y seguridad. Sin embargo, la rigurosidad y la transparencia de estos procesos pueden variar significativamente entre diferentes regiones.

• Empresas independientes de evaluación: Empresas privadas, como guías de viaje y plataformas online, también elaboran sus propios sistemas de clasificación. Estas evaluaciones a menudo incorporan la opinión de expertos y, en algunos casos, las reseñas de los propios huéspedes. Algunas, como la prestigiosa Guía Forbes, han construido una sólida reputación a lo largo de los años, convirtiéndose en referentes internacionales. La influencia de estas guías, especialmente en el segmento de lujo, es innegable, impactando directamente en la percepción del público y las tarifas que el hotel puede establecer.

• Asociaciones hoteleras: Existen asociaciones, tanto nacionales como internacionales, que establecen sus propios estándares de calidad y otorgan clasificaciones a sus miembros. Estas clasificaciones suelen estar vinculadas al cumplimiento de un código de conducta y a la adhesión a determinados principios de gestión. Aunque su impacto puede ser menor que el de las guías de viaje más reconocidas, ofrecen un marco de referencia para los consumidores y un incentivo para los hoteles que buscan diferenciarse.

La coexistencia de estos diferentes sistemas de clasificación genera un panorama complejo y, en ocasiones, confuso para el viajero. Un hotel puede ostentar cuatro estrellas según la clasificación oficial de un país, pero recibir tres en una plataforma de reseñas online. Esta disparidad subraya la importancia de investigar y comprender los criterios utilizados por cada entidad antes de tomar una decisión basada únicamente en el número de estrellas. Más allá del brillo metálico, la experiencia real del huésped sigue siendo el mejor indicador de la calidad de un hotel. Por ello, consultar reseñas, comparar precios y considerar las propias necesidades y expectativas son cruciales para asegurar una estancia satisfactoria, independientemente del número de estrellas que brillen sobre la entrada.