¿Cómo se llaman las tintas que brillan en la oscuridad?

El misterio de las tintas brillantes: Fosforescencia vs. Fluorescencia

La magia de la escritura que resplandece en la oscuridad ha cautivado nuestra imaginación desde hace tiempo. Pero, ¿cómo se llaman estas tintas que parecen desafiar la noche? La respuesta no es única, y comprender la sutil diferencia entre sus mecanismos nos desvela un fascinante mundo de luminiscencia. Si bien a menudo se engloban bajo el término genérico de “tintas que brillan en la oscuridad”, la realidad es que existen dos categorías principales: fotoluminiscentes y fluorescentes.

Las tintas fotoluminiscentes, también conocidas como fosforescentes, son las responsables del clásico brillo verdoso que persiste en la oscuridad tras haber sido expuestas a una fuente de luz. Imaginemos las estrellas adhesivas que decoran los techos de las habitaciones infantiles: ese es un ejemplo perfecto de fotoluminiscencia. Estas tintas, usualmente de un color blanco amarillento a la luz del día, absorben la energía lumínica y la liberan lentamente en forma de un brillo tenue, generalmente en tonos verdosos o azulados. Este efecto, conocido como fosforescencia, se debe a la presencia de compuestos especiales, como el aluminato de estroncio, que “almacena” la energía lumínica y la emite gradualmente.

Por otro lado, las tintas fluorescentes, a veces llamadas “tintas neón”, operan bajo un principio diferente. Estas tintas contienen pigmentos vibrantes que reaccionan a la luz ultravioleta (UV) o “luz negra”. A diferencia de las fotoluminiscentes, no “almacenan” la luz, sino que la absorben y la reemiten instantáneamente en una longitud de onda más larga, generando colores intensos y llamativos que parecen brillar bajo la luz UV. El efecto se desvanece en cuanto la fuente de luz UV se apaga. Piensa en los rotuladores fluorescentes utilizados para resaltar texto: su luminosidad se intensifica notablemente bajo una lámpara UV.

En resumen, mientras que las tintas fotoluminiscentes brillan en la oscuridad tras ser “cargadas” con luz visible, las fluorescentes requieren una fuente de luz UV para exhibir su vibrante luminiscencia. Ambas ofrecen un fascinante espectáculo de luz y color, pero comprender sus diferencias nos permite apreciar la complejidad que se esconde detrás de la aparente simplicidad de la “tinta que brilla en la oscuridad”. Desde aplicaciones artísticas y decorativas hasta señalización de seguridad, estas tintas especiales continúan iluminando nuestro mundo de formas sorprendentes.