¿Cuánto se paga de luz en una peluquería?

¡Ay, la luz, la eterna preocupación de cualquier negocio, y más en una peluquería! ¿Verdad? Me acuerdo cuando mi prima abrió su salón… ¡madre mía, qué dolores de cabeza!

A ver, la pregunta del millón: ¿cuánto se paga de luz en una peluquería? Pues mira, hablando claro y sin rodeos, en España, según tengo entendido (y por lo que he visto en la práctica), la cosa anda así:

• Si tienes un local de unos 50m²: Prepárate para pagar, más o menos, entre 200 y 250 euritos al mes. A veces, si aprieta mucho el calor y tienes el aire acondicionado a tope, se puede ir un poco más arriba, ¡ojo! ¿Quién no ha sentido ese escalofrío al recibir la factura, eh?
• Si tu salón es más grande, de 100m² o más: La factura puede subir hasta los 350€ aproximadamente. ¡Y eso si no te despistas! ¿Te imaginas un local con un montón de secadores, luces potentes y aparatos funcionando todo el día? ¡Uf, da miedo solo pensarlo!

Vamos, que al final todo se reduce al tamaño del local. ¡Lógico! Cuanto más espacio, más luces, más aparatos, más consumo. Mi prima, por ejemplo, tenía un local pequeñito al principio y la luz no era un problema tan grande. Pero luego se mudó a uno más amplio y… ¡ay, amigo! Ahí sí que tuvo que empezar a mirar con lupa cada gasto. ¿Quién no ha estado ahí, verdad? Intentando ahorrar unos eurillos por aquí y por allá.

Y es que, pensándolo bien, en una peluquería se gasta una barbaridad de luz. ¿No os habéis fijado en la cantidad de aparatos que hay enchufados? Secadores, planchas, máquinas de cortar, lámparas para dar color… ¡un sinfín! Y claro, todo eso consume.

Así que ya sabes, si estás pensando en abrir tu propia peluquería, ten en cuenta este gasto. No es moco de pavo, ¡ni mucho menos! Es un factor importante a la hora de hacer tus cálculos y presupuestos. Y si ya tienes un salón, pues… ¡a buscar trucos para ahorrar energía! Que nunca está de más, ¿no creéis? Yo siempre digo que cada euro que se ahorra en la factura de la luz es un euro más para invertir en productos de calidad o, por qué no, para darnos un caprichito de vez en cuando. 😉