¿Qué diferencia hay entre un protector solar 30 y 50?

¿Qué tan bueno es un protector solar de 30 fps?

A ver… FPS 30 bloquea el 97% de UVB.

Uf, el protector solar… ¿FPS 30 es bueno? Depende. Yo uso 50 porque mi abuela tuvo cáncer de piel. ¿Paranoia mía? Tal vez. Pero, ¿97% es suficiente? No sé, ¿para qué arriesgarse?

• FPS 15 filtra 93%
• FPS 30 filtra 97%
• ¿Y el FPS 50? Ah, eso no lo sé, pero me siento más segura.

Pensándolo bien, igual lo importante es reaplicar cada dos horas, ¿no? Y ponerme bien por todo el cuerpo, no solo la cara. Siempre me quemo los hombros. Este año, ¡ni hablar!

¿Qué más? Ah, ¡la cantidad! Dicen que hay que usar un montón, como una cucharadita para la cara. ¿Una cucharadita? ¡Me parece una barbaridad! Pero bueno, lo intentaré.

Y otra cosa, ¡la fecha de caducidad! Siempre se me olvida y termino usando uno del año pasado. Este año, ¡no! Apuntado en el calendario.

¿Qué es mejor, 30 fps o 50 fps?

50 fps. Punto.

Mayor protección. Diferencia mínima, pero significativa. Años usando 50. Mi piel lo agradece. No te arriesgues.

• FPS 30: 97% bloqueo UVB.
• FPS 50: 98% bloqueo UVB.

La diferencia es pequeña, pero existe. Para mi, es crucial. Ese 1% extra, en el Mediterráneo, marca la diferencia. Hablamos de bronceado, quemaduras.

Verano 2024: Crema solar factor 50. Siempre. El dermatólogo lo dijo.

He visto la diferencia en mis propias cicatrices. Con 30, quedaron más marcadas. Con 50, mejor. Eso lo dice todo.

¿Qué protector usar 30 o 50?

El tiempo se estira, lento como la miel derritiéndose en un día de julio. Piel seca, ¿30 o 50? La duda, una fina grieta en la calma de la tarde.

El 50, un escudo denso, para mi piel, sedienta siempre. Como un abrazo cálido, protege, nutre. En verano, la sequedad se intensifica, una amenaza constante. El 50 es mi aliado contra la desolación.

Pero el 30… El 30 es ligero, una caricia apenas perceptible. Recuerdo el año pasado, usándolo en la playa de Acapulco. Mi piel bronceada, la brisa salada. No era lo mismo. Difícil elección.

• SPF 50: Ideal para mi piel seca. Un bálsamo. Para el rostro, perfecta en mi piel mixta-seca. Pesada, sí, pero la protección, oh, la protección.
• SPF 30: Para días menos exigentes, o quizás, para pieles diferentes. Para cuando la piel no exige esa barrera tan impenetrable. Para otras pieles, más morenas, quizás.

El 50 se funde con mi piel, la nutre, la calma. Un ritual silencioso, cada mañana, ante el espejo. Es una necesidad, un refugio. La piel es el mapa de nuestros años, y cada marca, una historia.

El año pasado, usé el 30 para mis salidas nocturnas en la ciudad. Para evitar el sol en las horas menos peligrosas.

Este año, 2024, el 50 es mi constante. Un pacto tácito con el tiempo, con el implacable sol.

Y el verano, esa promesa de dorado y de resecamiento. Un ciclo constante. Un ciclo que se repite, y me hace elegir el 50, una y otra vez. En mis vacaciones este año en Menorca, el 50 me acompañó. Protección y un poco de paz.

¿Qué diferencia hay entre crema solar 30 y 50?

La diferencia entre el protector solar 30 y 50 radica en el tiempo de protección. Un factor 30 permite estar 30 minutos al sol recibiendo el equivalente a 1 minuto de radiación UVB. Con un factor 50, ese tiempo se extiende a 50 minutos.

A mí, esto del protector solar siempre me ha dado guerra. Una vez, en la playa de Bolonia, Cádiz, este verano, me confié con un factor 30. Pensé: “¡Bah, un ratito nada más!”. Craso error. Estaba leyendo “Patria”, metida en la historia de los etarras y, de repente, ¡zas!, me di cuenta de que tenía los hombros rojos como un tomate.

El sol pegaba fuerte, eran como las tres de la tarde, y yo allí, tan pancha. Sentí una mezcla de rabia y estupidez. ¡Rabia por no haberme puesto más! ¡Estupidez por creer que el sol iba a esperar a que yo terminara el capítulo!

• ¿Qué aprendí? Que el protector solar, como la constancia, es vital.
• ¿Qué hago ahora? Factor 50 siempre, ¡y cada dos horas!
• ¿Mi truco? Una crema con aloe vera después de la playa. Mano de santo para calmar la piel.

Además, es fundamental recordar que el factor de protección solar (FPS) se refiere a la protección contra los rayos UVB, responsables de las quemaduras solares. No indica la protección contra los rayos UVA, que contribuyen al envejecimiento prematuro de la piel y al riesgo de cáncer. Por eso, es importante buscar protectores solares que ofrezcan protección de amplio espectro, es decir, contra ambos tipos de radiación.

Y una cosa más, la cantidad de protector solar que aplicamos influye en su eficacia. Solemos ponernos menos de la necesaria, lo que reduce significativamente el nivel de protección. La recomendación general es aplicar una cantidad generosa, aproximadamente una onza (30 ml) para cubrir todo el cuerpo.

¿Cuánto tiempo protege el protector solar de 30?

Un protector solar FPS 30 multiplica por 30 el tiempo que la piel tarda en quemarse. Eso significa que si te quemas en 15 minutos sin protección, con FPS 30 te protegerás por aproximadamente 450 minutos (15 minutos x 30). Simple, ¿no? Pero ojo, la realidad es más compleja… El año pasado, durante mis vacaciones en la playa de Benidorm, aprendí esto de la forma más dura. ¡Me quemé igual!

La protección solar es un tema fascinante, ¿verdad? No solo por la química, sino por la filosofía implícita: la gestión del riesgo y la relación con el entorno. Pensar en la protección solar nos lleva a una profunda reflexión sobre nuestra relación con la naturaleza y la fragilidad de nuestro ser. A veces me pregunto: ¿hasta qué punto nos protegemos de algo inevitable? La muerte. La vejez. El sol. ¿Una analogía existencialista del protector solar? ¡Quizás!

Pero volviendo al protector solar de FPS 30: su duración efectiva depende de múltiples factores. No es solo el tiempo de exposición, sino también:

• La cantidad aplicada: una capa fina no proporciona la protección completa. La cantidad adecuada es, al menos, 2 mg por cm² de piel.
• La frecuencia de reaplicación: es crucial reaplicar cada dos horas, sobre todo después de nadar o sudar.
• El tipo de piel: una piel sensible necesita más atención, obviamente.

La protección es, en el mejor de los casos, una aproximación. Recuerda que este cálculo es teórico. En la práctica, variables como la intensidad de la radiación solar, la altitud y las condiciones ambientales influyen en la eficacia del protector.

Este año, tras mi experiencia en Benidorm, estoy más concienciado. El FPS 30, por sí solo, no garantiza inmunidad. Se debe entender como un escudo, no como una armadura. Y, por supuesto, la sombra y el sentido común también juegan un rol fundamental. ¡Y sombrero, por favor! Eso es lo que aprendí… tras una quemadura de sol monumental.

En resumen: FPS 30 extiende el tiempo de protección solar, pero la reaplicación y otros factores son cruciales para una protección adecuada.