¿Qué hace el agua termal en el rostro?

¡Ay, el agua termal! ¿Qué les puedo decir? Para mí, es mucho más que un simple spray. Es como… un suspiro de alivio para mi piel, ¿saben? No es solo que me deja la cara con ese brillo sutil, como si hubiese dormido diez horas (¡ojalá!), sino que realmente siento que la despierta, que la prepara para recibir con los brazos abiertos mi crema de día.

¿Alguna vez han notado cómo a veces el agua del grifo deja la piel tirante? Esa sensación… ¡la odio! Por eso, el agua termal es mi salvación. Siento que neutraliza esa agresividad, ¿me entienden? Como que le dice: “Tranquila, piel, aquí te cuidamos”. Y lo mejor de todo es cómo potencia mi crema de día. Es como si la piel estuviera más receptiva, absorbiendo cada nutriente, cada vitamina.

Ahora, siendo sincera, al principio era un poco escéptica. Pensaba: “¿Agua en spray? ¿En serio?”. Pero una vez que la probé, ¡me enganché! Recuerdo la primera vez, estaba súper estresada, después de una semana llena de deadlines en el trabajo. Mi piel estaba apagada, como sin vida. Me rocié un poco de agua termal y… puf, al instante sentí la diferencia. Fue como si mi piel respirara de nuevo.

Desde entonces, se ha convertido en un must en mi rutina de belleza. La uso por la mañana, antes del maquillaje, y por la noche, después de la limpieza. A veces, incluso, me doy un spray durante el día si siento la piel seca o cansada. ¿Exagerada? ¡Quizás! Pero mi piel me lo agradece.

Así que, si todavía no han probado el agua termal, ¡denle una oportunidad! No les prometo que les va a cambiar la vida, pero sí que les va a dar a su piel un mimo extra que se merece. ¿Y quién no quiere un poco de cariño? ¿Verdad?