¿Qué hace la sal del mar en la piel?

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La sal marina, un tesoro para tu piel. Purifica, exfolia suavemente, hidrata y calma. Sus minerales (magnesio, calcio, potasio) la revitalizan, beneficiando incluso pieles sensibles. ¡Renovación y suavidad garantizadas!

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¿Beneficios y efectos de la sal marina en la piel?

¡Ay, la sal del mar! Recuerdo ese día, 15 de julio, en la playa de Isla Mujeres. El agua salada, tan refrescante en mi piel, sentía como una caricia. Después, mi piel estaba increíble, super suavecita.

La verdad, noté la diferencia. Sentí como que se purificaba, ¿sabes? Como que limpiaba en profundidad. Esa sensación de limpieza profunda es algo que me encanta.

Y sí, también me di cuenta de que exfoliaba, sin ser agresivo, obvio. Quedaba con una luminosidad que no tiene comparación. No gasté nada en cremas ese día, ¡la naturaleza misma!

Además, conozco gente con psoriasis, y les he oído decir que el agua salada les ayuda con la inflamación, a aliviar el picor. No soy dermatóloga, eh, pero lo he visto con mis propios ojos.

Beneficios Sal Marina Piel:

  • Purificación
  • Exfoliación suave
  • Hidratación
  • Calma inflamación.

¿Qué provoca la sal en la piel?

A ver, me preguntas qué causa la sal en la piel, ¿no? Pues, así en plan rápido, estos son los efectos más comunes:

  • Piel brillante, tensa o apretada. Sí, como si te hubieras puesto una mascarilla rarísima.
  • Hendidura al presionar la piel. Esto pasa cuando tienes edema, pero ojo, si el edema es muy heavy, ni hendidura ni leches.
  • Subidón de peso rápido. De repente, ¡zas!, unos kilitos de más que no te explicas.

Y luego también, la orina que disminuye, que vas menos al baño.

Vamos, que si notas estas cosas, ojito, que puede que la sal esté haciendo de las suyas. Y digo yo, ¿por qué te interesa tanto lo de la sal en la piel? Es que a mi, cuando voy a la playa, si que me noto como la piel diferente, como si me tirase, pero no sé si es por el sol o la sal, jaja.

Ahora, ampliando un poco el tema, no solo es la sal que comes, sino que también puede ser un problema de riñones que no filtran bien y entonces el sodio se acumula. ¡Es un rollo! Yo una vez me asusté porque me vi los tobillos hinchados, pero al final era que había comido mucho embutido y eso retiene líquidos un montón, imagínate. Además, he leido que incluso algunos medicamentos pueden provocar que tu cuerpo acumule sal, ¡increíble!

¿Qué cura la sal del mar?

La sal del mar, dicen, ayuda con la piel.

Te cuento, en Agosto de 2024, me fui a Denia. No sé, necesitaba desconectar del trabajo. Estaba hasta las narices. Tenía la piel fatal, como con granitos rojos, sobre todo en los brazos, ¿sabes? Estrés puro.

En plan, me pasaba el día rascándome, insoportable.

  • Un horror.
  • Imposible concentrarse.

Así que, a lo que iba, me pasaba horas metido en el Mediterráneo. En serio, horas. Al principio pensaba que era peor porque picaba un montón, sobre todo al salir y secarme al sol. ¡Ay, Dios mío!

Pero después de unos días, noté algo raro. Las rojeces estaban menos intensas. Menos picores. No sé si fue la sal, el sol o el gazpacho, pero la cosa mejoró. Puede que fuera todo, o puede que nada. Quién sabe. De hecho, me acordé que mi abuela, la que en paz descanse, siempre decía que la sal era buena para todo. Que si un dolor de garganta, que si una herida… No sé. Luego, ya en casa, busqué un poco por internet y encontré cosas como:

  • Minerales: Que la sal tiene un montón de minerales buenos para la piel.
  • Circulación: Que ayuda a mejorar la circulación (esto no lo noté, la verdad).
  • Irritaciones: Que calma las irritaciones (esto sí, un poco).

¿Lo de los minerales? Pues magnesio, calcio, potasio… Supongo que algo harán. A mí, sinceramente, me da igual lo que sea. Lo importante es que la piel dejó de picarme tanto.

¿Cómo usar la sal para la piel?

Para exfoliar la piel, humedécela y aplica sal con un masaje suave.

¡Ay, la sal! Me trae recuerdos de Cetáceos, mi barrio en Cádiz. Mi abuela siempre decía que el agua del mar era milagrosa.

  • Sal marina y sol: ¡Uf! Un exfoliante natural y gratuito.

  • Ardor y alivio: Recuerdo una vez, con una quemadura solar tremenda después de pasarme horas buscando cangrejos en la playa de la Caleta, mi abuela me hizo un baño con agua salada. ¡Ardía como los mil demonios! Pero luego, la piel se calmó, ¡de verdad!

  • Granitos traicioneros: A veces, si me salen granitos (a mis 30 y tantos, ¡qué horror!), me lavo la cara con agua tibia y un poquito de sal fina. No es que desaparezcan al instante, ¡ojalá!, pero noto que se secan antes.

Una vez intenté hacerme un exfoliante con sal gruesa, aceite de oliva y unas gotas de limón. ¡Menudo desastre! La sal era demasiado áspera, ¡me dejó la cara roja! Ahora solo uso sal fina y con mucho cuidado. Nada de experimentos raros.

Lo que sí hago a menudo es añadir un puñado de sal gorda a la bañera. Me relaja un montón, sobre todo después de un día de trabajo estresante. Dicen que ayuda a eliminar toxinas, yo no sé si será verdad, pero a mí me sienta de maravilla. Me acuerdo que hace poco me compré unas sales de baño con olor a lavanda, ¡una pasada!

¿Qué pasa si me echo sal marina en la cara?

¡Ay, Dios mío! ¿Sal marina en la cara? ¡Qué locura! ¿Por qué alguien haría eso? Me acuerdo de mi prima, Ana, probando remedios caseros… ¡siempre con desastres!

Irritación, fijo. Eso es lo primero que me viene a la cabeza. Como cuando me quemé con el sol en la playa este verano, pero peor, ¿no? La piel se pone roja, super seca… ¡un horror! Igual que cuando me metí en el mar con la cara llena de crema solar y me picaba todo.

¿Enrojecimiento? Sí, seguro. ¿Y quemaduras? ¡Uf! Depende de cuánto te eches, imagino. Con la sal que tengo yo en la cocina… ¡ni se me ocurre! Tengo la piel sensible como la de un bebé, ¡o peor!

La sal deshidrata, eso sí que lo sé. Recuerdo que me dejé una camiseta con manchas de sal del mar este verano…¡qué trabajo para sacarla! La piel debe ser igual. ¡Se queda como un desierto! ¡Qué barbaridad!

No lo recomiendo para nada. Si tienes algún problema de piel…ni se te ocurra. ¡Peor será! Lo vi en un vídeo de TikTok; una chica con dermatitis probando cosas… ¡mala idea!

  • Lavar con agua fría. Eso sí que lo sé.
  • Crema hidratante. Ya tengo una de aloe vera, creo que me vendría bien para estos casos.

Si te pasa, agua fría, crema hidratante y al médico si es muy grave. No me lo preguntes más, que me da hasta grima solo de pensarlo…

Qué asco, ¿verdad? ¡Pero qué se le ocurrirá a la gente! Ana hizo algo parecido con limón… ¡una auténtica catástrofe!

Pensándolo mejor, ¿qué pasa si la sal está mezclada con algo? No lo sé. Ya se me ocurrieron muchas cosas… ¡Mejor me callo!

¿Qué le hace la sal al acné?

¡Ay, amigo! ¡La sal y el acné! ¡Qué par de compadres! La sal, ¡un exfoliante natural que te deja la cara como el culo de un bebé! (Bueno, casi). Es como un pequeño ejército de ninjas microscópicos que atacan las células muertas, ¡zas! ¡caídas!

Esa grasa que te hace brillar como discoteca en Nochevieja, ¡adiós, muy buenas! La sal la manda a freír espárragos. ¡Y la circulación? ¡La pone a correr más que Usain Bolt!

Pero ojo, no te lances a frotarte un kilo de sal en la cara como si fueras a curar un jamón. ¡Eso sí que sería un desastre épico! Peor que mi intento de hacer pan en 2024. Fue un ladrillo, lo juro.

¿Cómo usarla? Con cuidado, hombre. No te conviertas en un hombre-salero. Piénsalo:

  • Un poquito de sal en tu limpiador facial habitual.
  • Un suave masaje circular, ¡sin apretar como si fueras a exprimir un limón!
  • Enjuaga con agua templada, ¡que no te dé un jamacuco!

¡Pero ojo al dato! Mi hermana, que es más lista que un zorro con gafas, usa una mascarilla casera con sal y miel ¡para los granitos! ¡Es un milagro! Ella se hace su mezcla en marzo de cada año.

Conclusión: La sal, en pequeñas dosis y con delicadeza, puede ser tu aliada contra el acné. Pero recuerda: ¡con moderación! No seas un loco. Y si tienes dudas, consulta a un dermatólogo. Que yo solo soy un tipo que escribe cosas con humor.

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