¿Qué olor tiene el moonlight de Ariana Grande?

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Moonlight de Ariana Grande, lanzada en 2017, es una fragancia Floral Frutal femenina. Su aroma se abre con notas dulces de grosellas negras y ciruela. El corazón revela un toque goloso de malvavisco combinado con la delicadeza de la peonía, finalizando con una base cálida y sensual de ámbar, sándalo y vainilla.

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Descifrando el Misterio Olfativo de Moonlight: Una Inmersión en la Fragancia de Ariana Grande

Moonlight, la fragancia de Ariana Grande lanzada en 2017, no es simplemente un perfume; es una experiencia sensorial que trasciende la botella. A diferencia de muchas otras fragancias que se presentan como un único concepto, Moonlight ofrece una narrativa olfativa compleja y en capas, una evolución que seduce desde la primera hasta la última nota. Su clasificación como Floral Frutal es solo el punto de partida para comprender la magia que encierra.

El misterio comienza con su apertura, un cóctel vibrante y juguetón. Las grosellas negras, con su acidez chispeante y ligeramente tart, se entrelazan con la dulzura madura de la ciruela. Esta combinación inicial no es empalagosa, sino más bien una introducción equilibrada, un preludio a la sinfonía olfativa que seguirá. Es como un atardecer crepuscular, donde la oscuridad aún no ha caído por completo y los últimos rayos de sol tiñen el cielo con matices intensos.

El corazón de Moonlight revela su verdadera personalidad: una dulzura golosa, pero sofisticada. El malvavisco, con su aroma infantil y reconfortante, se fusiona inesperadamente con la delicada peonía, aportando una frescura floral que evita que la composición se vuelva demasiado empalagosa. Es un equilibrio maestro entre la inocencia y la sensualidad, una dualidad que refleja la complejidad de la propia esencia femenina. Imagina un campo de peonías al atardecer, con el suave y dulce aroma del malvavisco flotando en el aire.

Finalmente, la fragancia se asienta en una base cálida y envolvente. El ámbar, con su calidez resinosa y oriental, se une al sándalo, aportando un toque cremoso y amaderado. La vainilla, omnipresente pero nunca dominante, proporciona un toque final de dulzura cremosa que prolonga la experiencia. Esta base es la caricia final, un abrazo suave y sensual que persiste en la piel, evocando la sensación de confort y misterio que la luna llena inspira.

En resumen, Moonlight no es simplemente “dulce” o “floral”. Es una experiencia multifacética que juega con contrastes: la acidez y la dulzura, la inocencia y la sensualidad, la frescura y la calidez. Es una fragancia que invita a la exploración, a la contemplación, y a la fascinación por la complejidad de sus notas. Es una experiencia olfativa que, al igual que la luna, cambia y se transforma con el tiempo, dejando una estela duradera y memorable.