¿Qué pasa si me sale un lunar blanco?

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La aparición de un halo blanco alrededor de un lunar, frecuente en niños, se conoce como halo-nevus. Este fenómeno, que consiste en una zona blanquecina circular, suele ser completamente benigno y no reviste importancia médica.

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¿Me salió un lunar blanco? ¿Debo preocuparme?

La aparición de una zona blanquecina alrededor de un lunar puede generar inquietud. Si bien cualquier cambio en nuestra piel merece atención, no siempre es sinónimo de alarma. Concretamente, si observamos un halo blanco rodeando un lunar, lo más probable es que estemos ante un halo-nevus, también conocido como nevo de Sutton o nevo leucoderma.

Este fenómeno, más frecuente en niños y adolescentes, se caracteriza por la despigmentación de la piel alrededor de un lunar preexistente, creando un anillo blanco que lo circunda. El lunar central puede ser de color marrón, negro o incluso azulado, y el halo blanco puede variar en tamaño. A menudo, el lunar central va perdiendo color progresivamente hasta desaparecer por completo, dejando solo la mancha blanca que, con el tiempo, también puede desvanecerse.

El halo-nevus es, en la gran mayoría de los casos, completamente benigno. Se cree que es el resultado de una respuesta inmunológica del organismo contra las células pigmentarias (melanocitos) del lunar. Es decir, el propio sistema inmunitario ataca los melanocitos del lunar y de la piel circundante, causando la despigmentación.

Si bien no suele requerir tratamiento, es fundamental consultar con un dermatólogo para confirmar el diagnóstico. Una simple revisión visual y, en ocasiones, una dermatoscopia (examen con un microscopio de superficie), permitirán al especialista descartar otras afecciones de la piel, como el vitíligo, algunos tipos de dermatitis o incluso, en casos muy raros, un melanoma en fase inicial.

Es especialmente importante acudir al dermatólogo si:

  • El halo blanco aparece alrededor de múltiples lunares.
  • El lunar central cambia de tamaño, forma o color.
  • El lunar presenta bordes irregulares, asimetría o diferentes tonalidades.
  • Se experimenta picazón, dolor o sangrado en el lunar.

Aunque la aparición de un halo-nevus generalmente no es motivo de preocupación, la consulta con un profesional nos brindará la tranquilidad de un diagnóstico preciso y nos permitirá descartar cualquier otra patología. La prevención y la detección temprana son claves para la salud de nuestra piel.

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