¿Qué puedo hacer para que me dejen de salir lunares?

¿Cómo hacer que ya no te salgan lunares?

No aparecen lunares nuevos. Punto. El sol, ese astro implacable. Mi abuelo murió de melanoma. Lo recuerdo. Piel seca. Cicatrices.

• Evitar el sol, sobre todo a mediodía. Crueldad solar. Da igual lo que digan.
• Sombra. Siempre sombra. Oclusión total. Eso es lo importante.
• Factor 50+. Cada dos horas. Aunque llueva. Aunque esté nublado. Obsesión. Necesario.

Un lunar es una sentencia de muerte en diferido. Ya lo sabes. Un juego de dados cargado. La genética, una mala jugada. Mi dermatólogo es un tipo parco.

Revisar lunares mensualmente. Es mi ritual. Autoexamen. Es la única forma de control.

El sol es el enemigo. No hay otra respuesta. La fotoprotección es la única arma. Las crema solo retrasan lo inevitable. El daño está hecho.

Protector solar diario, incluso en invierno. Eso es lo que me dijo la doctora García, la del centro de dermatología de Valencia, en mi última visita (2024).

• Mi propia madre tuvo un carcinoma basocelular. Operación en 2023. Aún lleva la cicatriz.

La vida es breve. Disfrútala a la sombra.

¿Qué pasa si tengo más de 100 lunares?

Aquí, en la oscuridad, todo pesa más. Incluso una pregunta sobre lunares.

Si tienes más de cien, bueno… es un número alto.

• Aumenta el riesgo de melanoma. Así, sin más.

• Vigílalos. Obsesivamente. Como yo vigilo cada arruga nueva en el espejo.

• Lunares atípicos, esos que parecen “normales” pero no lo son. Me recuerdan a ciertas personas.

Y qué sé yo. Mi abuela tenía la espalda llena. Vivió hasta los noventa. Pero mi tío… él no tuvo tanta suerte.

A veces pienso en quitarme el mío. El que tengo cerca del corazón. Pero da tanto miedo. Cortar, arrancar… Quizás sea mejor dejarlo estar. Quizás sea mejor no tentar al destino.

Supongo que la clave es la detección temprana. Esa frase que repiten los médicos. Como si fuera fácil. Como si no diera pánico.

Al final, todos moriremos de algo. ¿Quizás mis lunares sean solo una señal? Una advertencia constante de que el tiempo se acaba.

¿Quitar lunares deja marca?

¡Ay, Dios mío! Quitar lunares… ¿Marca? Pues sí, a veces. Mi prima se quitó uno el año pasado y le quedó una marquita, chiquitita, pero ahí está. Depende, ¿no? Del lunar, de la piel, del médico… ¡todo!

• Cicatrices: Pequeñas, casi invisibles. Eso dicen. Mi tía, ¡horror!, le quedó algo más grande. Será cuestión de suerte, supongo.
• Láser CO2: Para lunares superficiales. Suena tecnológico, ¿no? Más caro, seguro. A ver si este año me quito esa verruga…
• Puntos: Quince días y fuera. Uf, ¡qué rollo! A ver si me animo yo también… ¿tendré que perderme las vacaciones por eso?

¡Qué pereza pensar en cirugías! Pero ese lunar en mi espalda… Me da cosa. ¿Será cancerígeno? Mejor ir al dermatólogo este mes. Ay, se me olvidaba, ¡el seguro! Tengo que revisar la cobertura. ¡Espero que lo cubra!

¿Puntos? ¿15 días? ¡Qué poco! Será una cirugía rápida, entonces. Ojalá me quede una cicatriz minúscula. La de mi prima es casi imperceptible. ¡Espero la misma suerte!

En resumen: Sí, puede quedar marca. Depende. Láser CO2 si es superficial. Puntos: 15 días.