¿Qué se le echa al agua para hacer un pedicure?
Para un pedicure relajante, añade al agua tibia: jabón neutro y sal. Prepara tus pies para lima, cortaúñas y palitos de naranjo. ¡Finaliza con exfoliante, crema hidratante y esmalte!
¿Qué añadir al agua del pedicure?
¡Uf! Pedicura casera, ¿eh? Recuerdo una vez, el 15 de marzo del año pasado, en mi baño, que intenté hacerme una en casa. Un desastre. El agua, ni tibia, estaba fría.
Necesitas agua tibia, eso seguro. Un jabón suave, del que uso para la cara, funcionó. Sal marina, eso sí lo recuerdo, le da un toque… especial. Como 2 euros el paquete, me costó.
La lima, cortaúñas y palitos de naranjo, básicos. Exfoliante también, uno de azúcar con miel que me hice, receta de mi abuela.
Luego crema hidratante, claro, ¡y el esmalte! Un azul clarito que me encantó, me duró, como, una semana. El proceso en sí, ¡agotador! La tina de plástico, de esas de Ikea, creo que 10 euros me costó, se me resbaló, casi me rompo un dedo. ¡Casi!
P&R:
- ¿Qué añadir al agua de pedicura? Agua tibia, jabón neutro, sal.
- ¿Qué se le pone al agua para una pedicura? Elementos para hidratar y exfoliar, además de herramientas para cortar y limar.
¿Cómo preparar un pedicure casero?
¡Pedicura casera nivel experto! (Que no MasterChef, ojo).
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Fuera esmalte rebelde: Como si fuera una operación de alto riesgo, elimina cualquier rastro de ese color “a la moda” que ahora te da vergüenza ajena. Yo una vez usé un verde… mejor no hablemos de eso.
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Remojo digno de reyes: Agua calentita (¡no te quemes!), sales de Epsom (suenan elegantes, ¿verdad?), y si te animas, unas gotitas de aceite esencial. Mi gato se cree que es su bebedero personal, tengo que vigilarlo.
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Lima que te lima: A por esos talones cual lija del número 80. Eso sí, con cuidado, no queremos transformar tus pies en armas letales. Un día me pasé y luego me arañaba yo sola con los pies… un drama.
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Cutículas, ¡al ataque!: Repújalas suavemente, nada de violencia gratuita. No queremos un baño de sangre. Yo una vez usé un palito de naranjo para esto… terminó como palillo de dientes. Mal.
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Exfoliación (opcional, pero recomendable): Frota, frota, que el mundo se agota. Mezcla azúcar con aceite de oliva, ¡y a darle caña! Te quedarás como nueva, o al menos tus pies. Yo le echo café molido a veces, me gusta el aroma.
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Uñas al poder: Corta, lima y pule como si fueras Miguel Ángel esculpiendo su David, pero en versión uña del pie. Eso sí, cuidado con los cortes sospechosos.
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Hidratación extrema: Crema, mucha crema. Y si te sobra, úsala en las manos, en los codos, ¡en la cara! La hidratación nunca está de más. Ayer me puse tanta que resbalaba por el pasillo.
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Esmalte y… ¡voilà!: Elige un color que no te haga parecer que tienes los dedos de los pies gangrenados. Y si te sales… bueno, siempre hay quitaesmalte. Yo una vez pinté el suelo también, mi madre casi me mata. Usen un periódico debajo, consejo de amiga.
Este año estoy probando un aceite de coco para hidratar, ¡brutal! Lo recomiendo totalmente. Aunque mi gato ahora cree que soy un coco gigante andante. En fin… problemas de tener un gato.
¿Cómo puedo preparar un pedicure casero?
Uf, un pedicure en casa… a ver, por dónde empiezo?
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Quitar el esmalte viejo, obvio, con acetona de la buena, que la barata reseca un montón. ¿Debería comprar un quitaesmalte sin acetona? No sé.
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Remojo de pies, ¡ah! Mi abuela siempre decía de echar sal gorda y unas gotas de aceite esencial. ¿Cuál tengo? Lavanda? Creo que sí.
- ¿Cuánto tiempo hay que dejarlos a remojo? Creo que 15 minutos está bien.
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Lima los talones, tengo una lima de esas eléctricas, ¿será mejor que la piedra pómez? No sé, la eléctrica da como cosilla. ¡Aaaaah!
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Cutículas, ahí va la parte delicada. Tengo un empujador de cutículas, ¿pero corta cutículas? Da yuyu. Mejor empujar solo, creo.
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Exfoliación, ¡esto me gusta! Azúcar y aceite de oliva, easy. O igual el exfoliante que me regalaron en Navidad… el de fresa! Huele genial, si, genial!
- ¿Exfoliar las piernas también? Mmm, si tengo tiempo.
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Uñas: Cortar, limar, pulir. Lo de pulir… ¿es necesario? Bueno, si tengo ganas.
- ¿Qué forma les doy? Redondas? Cuadradas? ¡Qué indecisión!
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Hidratar, crema a saco! Y un buen masaje. ¡Me encanta!
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Pintar las uñas: Uf, otro rollo. Elegir el color… ¿rojo? ¿rosa? ¿o un nude que nunca falla?
- ¡Y luego lo de pintar sin salirme! Un drama.
- ¡Ah! y el top coat para que dure más.
Y corregir los errores con un bastoncillo mojado en quitaesmalte, ¡siempre! ¡Ala, ya está! ¿Fácil, no? Bueno, a veces me quedan fatal, la verdad.
Info extra:
- Si tienes los pies muy secos, antes de empezar con todo esto, puedes ponerte crema a tope y envolverlos en film transparente un par de horas. ¡Mano de santo!
- Y si te haces alguna herida con la lima o el corta cutículas (¡cuidado!), desinfecta bien.
- Para el masaje de pies, puedes usar aceite de coco.
- ¡Importantísimo! Lávate las manos antes de empezar.
- Pon música relajante mientras te lo haces.
- ¡Ah! Y ten a mano un paño húmedo para limpiar cualquier cosa que manches.
- Si se te corre el esmalte, usa un pincel fino mojado en quitaesmalte para corregirlo.
- ¡Y sobre todo, paciencia! No te agobies si no te sale perfecto a la primera.
Ya esta, ¡ya!
¿Qué ponen en el agua cuando te haces la pedicura?
En una pedicura, el agua del remojo suele contener ingredientes que ablandan la piel. Esto facilita la posterior limpieza y el trabajo con las cutículas. He observado en mi última pedicura, el pasado 27 de octubre en “Manos y Pies”, que usaban una mezcla bastante simple.
- Sales de Epsom: Estas sales de magnesio ayudan a aliviar el dolor muscular y la inflamación, dejando los pies suaves y relajados. Un plus, ¿no? Creo recordar que en mi caso, se notaba un aroma sutil a lavanda.
- Aceites esenciales: Pueden añadir aceites con propiedades calmantes, como lavanda o manzanilla. Aunque, personalmente, prefiero un aroma más cítrico…
¡Es curioso! El proceso de una pedicura me hace reflexionar sobre la relación entre el cuerpo y la mente. Ese momento de relax es una especie de ritual, una pequeña pausa en la rutina que nos conecta con nuestro bienestar físico y emocional.
A veces, incluyen exfoliantes suaves para una limpieza más profunda. Eso sí, ¡ojo con las posibles alergias! Es fundamental informarse sobre los componentes, porque recuerdo una terrible reacción a un producto similar hace años. Aunque, por supuesto, esto depende mucho del centro de estética.
Otro dato interesante: La temperatura del agua es crucial. Demasiado caliente puede dañar la piel, mientras que una temperatura tibia es la ideal para una experiencia relajante y efectiva. ¡Y cuidado con la higiene! El agua debe cambiarse entre clientes para evitar infecciones.
- Exfoliantes: Estos, en forma de grano fino o cremas, complementan la acción de ablandamiento del agua y preparan la piel para la posterior exfoliación mecánica. Me ha pasado varias veces que notan mi piel seca y agregan un componente adicional.
Para finalizar, añadiré que la composición exacta varía según el establecimiento y el tipo de pedicura. ¡Pero el objetivo siempre es el mismo!: pies suaves y cuidados.
#Agua #Pedicure #TratamientoComentar la respuesta:
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