¿Qué son los tonos matices en colorimetria?

Más allá del negro: Descifrando los matices en colorimetría

La colorimetría, ciencia encargada del estudio de la medida y percepción del color, es un universo complejo y fascinante. Dentro de este universo, encontramos conceptos fundamentales como el matiz, la saturación y el brillo. Sin embargo, a menudo se confunde el término “matiz” con otros, generando cierta ambigüedad. Este artículo se enfoca en aclarar un uso específico, pero a veces poco preciso, de la palabra “matiz”: los matices como variaciones cromáticas generadas mediante la adición de negro.

Es crucial aclarar que en la teoría del color, “matiz” se refiere a la cualidad que distingue un color de otro (rojo, azul, verde, etc.). En este contexto, hablar de “tonos matices” puede resultar redundante y confuso. Sin embargo, en la práctica profesional, especialmente en campos como la pintura, la moda y el diseño gráfico, se utiliza la expresión “tonos matices” o simplemente “matices” para referirse a las variaciones de un color base obtenidas al oscurecerlo con negro.

Este proceso difiere de la simple disminución de brillo. Si bien ambos reducen la luminosidad, la adición de negro implica una modificación en la saturación del color original. Mientras que reducir el brillo de un color lo hace más claro y opaco, añadir negro lo intensifica y lo profundiza, creando un tono más rico y vibrante, aunque más oscuro. Imaginemos un rojo puro: disminuir su brillo lo convertirá en un rosa pálido, pero añadirle negro lo transformará en un borgoña oscuro y opulento. La diferencia reside en la saturación: el rosa pálido es menos saturado que el rojo original, mientras que el borgoña conserva una alta saturación, aunque en un tono más bajo.

La precisión en la cantidad de negro añadida es fundamental para obtener el tono matiz deseado. Una pequeña cantidad aporta sutileza, mientras que una cantidad mayor genera un tono más intenso y dramático. La experimentación es clave para dominar esta técnica y lograr los resultados deseados, adaptando la proporción de negro al color base y al efecto buscado.

En resumen, aunque el término “tonos matices” no sea completamente ortodoxo desde el punto de vista estrictamente colorimétrico, su uso extendido en la práctica profesional nos obliga a comprender su significado: se trata de la modificación de un color mediante la adición de negro, resultando en un tono más oscuro, pero más intenso y saturado que el obtenido simplemente reduciendo su brillo. Esta técnica permite acceder a una gama cromática más amplia y rica, ofreciendo mayor versatilidad creativa en diversas disciplinas.