¿Cómo identificar el daño estructural?

¡Ay, los daños estructurales! Solo pensarlo me pone la piel de gallina. ¿A quién no, verdad? Es que te imaginas lo peor, que todo se va a caer, y la verdad, da mucho miedo.

Esas grietas en forma de X en las paredes… las he visto, sí. Una vez, en la casa de un amigo. No eran enormes, pero ahí estaban, ¡en forma de X! Ya sabes, como cuando algo está cediendo por la tensión. Uf, ¡qué angustia! Él no le dio mucha importancia al principio, pero yo no podía evitar pensar en la base de la casa, en si estaría bien asentada, ¿sabes?

Y las separaciones entre las vigas y las columnas… ¡eso sí que me da pánico! Parece que se estuviera rompiendo la espina dorsal de la casa, ¿no creen? He visto un par de documentales sobre edificios que se derrumbaron por fallas estructurales y… bueno, digamos que desde entonces soy un poco paranoica con esas cosas.

Los pisos hundidos o fisurados, ¡ay, Dios mío! Una vez fui a ver un departamento para alquilar y el piso en una esquina estaba como… inclinado. Era sutil, pero se notaba. Le pregunté al dueño y me dijo que era “normal”, que la casa era vieja. ¿Normal? ¡A mí no me pareció nada normal! Obviamente, no lo alquilé. Pensé: “Si el piso está así, ¿cómo estará el resto?”.

La verdad es que, aunque no seamos ingenieros o arquitectos, creo que todos tenemos un instinto para reconocer cuando algo no está bien en una estructura. Y si vemos alguna de estas señales… ¡ojo! No hay que tomárselo a la ligera. Mejor prevenir que lamentar, como dice el dicho. Porque, ¿a quién le gusta vivir con el miedo de que su casa se venga abajo? A mí, desde luego, que no.