¿Cómo se le llama cuando la Luna cubre el Sol?

¿Cómo se dice cuando la Luna y el Sol se juntan?

Cuando la Luna y el Sol se “juntan”, lo llamamos eclipse solar. Es más que una simple coincidencia visual. La Luna, durante ese instante, se interpone entre nosotros y nuestra estrella, el Sol, proyectando una sombra que oscurece temporalmente una porción de nuestro planeta.

Un eclipse solar total es una experiencia impresionante, una especie de danza cósmica donde la corona solar se revela en todo su esplendor. Yo mismo viví uno en Oregón en 2017 y la memoria aún me estremece. Es como si el universo entero se detuviera por un momento.

Además, existen eclipses solares parciales y anulares. El parcial ocurre cuando solo una parte del Sol está oscurecida. En el anular, la Luna está más lejos de la Tierra y no cubre completamente el Sol, dejando un “anillo de fuego” resplandeciente. Cada tipo de eclipse solar es una ventana única para entender la mecánica celeste y, quizá, nuestra propia insignificancia cósmica.

¿Qué pasa cuando el Sol y la Luna se juntan?

¡Ay, qué lío cósmico! Cuando el Sol y la Luna se juntan, ¡fiesta de sombras!

Eclipse solar: La Luna, esa romántica escurridiza, se pone entre el Sol y nosotros, como si jugara a las escondidas. ¡Pum! Oscuridad diurna, ¡un espectáculo digno de dioses griegos borrachos! Mi vecino, el que cría gallinas espaciales (sí, ya sé que suena raro, pero es su vida), se vuelve loco con los eclipses. Dice que sus gallinas ponen huevos de oro…¡de chocolate!

Eclipse lunar: Aquí la Tierra es la diva que se interpone, proyectando su sombra sobre la Luna. Es como si la Tierra le dijera a la Luna: “¡Oye, deja de brillar tanto que me deslumbras!” La Luna, pobrecita, queda teñida de rojo…como si se hubiera tomado un mojito con sangre de dragón (¿o era de fresa?). ¡Prepárense para los espectáculos de sombras, mis queridos mortales!

• La alineación perfecta es clave. No es cualquier juntecito, eh. Es un encuentro celestial de precisión milimétrica.
• Hay eclipses totales y parciales. No todos son iguales, ¡claro! Algunos son más dramáticos que otros. Como las películas de mi infancia.

Este año (2024), por ejemplo, ¡he visto un eclipse lunar que me dejó con la boca abierta! Fue espectacular, como un sueño bizarro, pero real. ¡Lo juro por mi gato cósmico, Mittens!

Bonus track: Los eclipses son un guiño cósmico. Recuerdan que hay fuerzas mucho mayores que nosotros; como el tío de mi prima que se cree el rey del universo. ¡Y no le falta razón! Es muy mandón.