¿Cómo se llama el aparato para medir el color?

¡Uf, el color! Siempre me ha parecido algo tan… etéreo, ¿no? Algo que sientes más que mides. Pero claro, el mundo necesita precisión, así que ahí entran en juego estos aparatos, ¿cómo era que se llamaban…? ¡Ah, sí! Colorímetros y espectrofotómetros.

Me acuerdo una vez, cuando estaba pintando mi salón (¡qué desastre!), intenté igualar el color de una pared que ya tenía pintada. Fui a la tienda con un trozo de la pared, y el tipo, con una maquinita de esas, ¡pum! Sacó la fórmula exacta. ¡Fue alucinante! Supongo que era un espectrofotómetro, ¿no? Parecía mucho más sofisticado que un simple colorímetro.

Y es que, pensando en ello, el espectrofotómetro debe ser mucho más preciso, ¿verdad? Analiza todo el espectro de luz, no solo un par de puntos. Es como… como si el colorímetro fuera una foto rápida con el móvil y el espectrofotómetro una radiografía detallada, ¿me explico?

Es increíble pensar que algo tan subjetivo como el color se pueda traducir en datos, en números. ¡Casi como magia, te digo! ¿Quién diría que detrás de ese rojo pasión o ese azul cielo hay una tabla de datos esperando a ser interpretada? Me da que hay mucho más ciencia en el arte de lo que pensamos.