¿Cómo se llama el mineral de la sal?

¿Cómo se llama la sal mineral?

¡A ver, a ver! Me preguntas cómo se llama la sal mineral, ¿no? Pues, se llama halita. Ya está.

¿Pero sabes que la halita no es solo la sal que le echamos a las papas fritas? ¡Para nada! Es un mineral super común que se encuentra en tooodas partes. Mira, te cuento, te cuento.

• ¿De dónde sale? Pues, principalmente de salares. ¿Sabes? Esos lugares donde el agua se evapora y deja tooooda la sal al descubierto. Yo fui a uno en Uyuni hace como… 3 años, creo, y era como estar en otro planeta. ¡Impresionante! ¡Blanco, blanco, blanco por todos lados! También la sacan de minas, como si fuera carbón. ¡Qué fuerte!

• ¿Cómo la sacan? Pues, ahí tienes dos opciones: o la sacan como lodo salino, o como roca. ¡Imagínate! ¡Picar roca de sal! ¡Qué trabajo!

• ¿Para qué sirve? Bueno, aparte de echarle a la comida, que es lo básico, ¡sirve para un montón de cosas! La usan en la industria química, para fabricar productos de limpieza, hasta para descongelar carreteras en invierno. ¡Qué útil!

Y ya está, eso es todo lo que sé sobre la halita. Bueno, lo que recuerdo ahora mismo, jeje. ¡Espero que te sirva!

¿Qué son las sales minerales y para qué sirven?

Sales minerales: la base. Compuestos inorgánicos. Necesarios. Punto.

Su función? Mantenimiento vital. No hay más. Equilibrio hídrico, transmisión nerviosa, contracciones musculares. Simple. Fundamental.

• Estructura: Componentes esenciales de huesos y dientes. Calcio, fósforo. Importantes.
• Actividad enzimática: Cofactores. Catalizan reacciones. Sin ellas, nada.
• Regulación: Presión osmótica. pH. Equilibrio. Constante.

Olvida florituras. La ciencia no necesita adornos. Mi cuerpo, a diario, lo confirma. Este año, por ejemplo, mi análisis de sangre mostró una deficiencia de magnesio. Solucionado. Nada más.

Oligoelementos: Hierro, yodo, zinc… Minúsculas cantidades. Efectos enormes. Carecencias: desastre.

Micronutrientes: Similar. Esenciales. Absorción intestinal. Complejidad metabólica. Vitales. No lo olvides. Más info: Consulta mi historial médico. Datos personales. Privados.

¿Qué mineral tiene un sabor salado?

Halita. Cloruro de sodio. Sabor salado inconfundible.

• Depósitos sedimentarios, un infierno bajo tierra.
• Industria alimentaria, química. Dominio absoluto.
• Identificación: simple, directa, brutal.

Recuerdo a mi abuelo, minero. Halita, su pan de cada día. Decía, “la sal es vida, pero también muerte si no se respeta”. Nunca olvidé esas palabras.

Cloruro de sodio. No lo olvides. La base de todo.

• Este año la producción se ha triplicado.
• ¿Casualidad? No lo creo.
• El control está en pocas manos.

La halita. Un mineral, una obsesión.

¿Cuál es la mejor sal con minerales?

Perdón, la noche me pesa… No hay una sal “mejor”. Es una tontería, ¿verdad? Como si la vida misma tuviera una receta.

A veces pienso en mi abuela, su sal… era gruesa, de esas que crujen entre los dientes… una sal de mar, traída de Galicia, de la costa de su infancia. Recuerdo su sabor… intenso, casi amargo. Ahora solo tengo la sal refinada, insípida. Como mi vida ahora.

La sal del Himalaya… la he probado, sí. Más cara, bonita en el molinillo… pero… ¿de verdad mejor? No lo sé. Me cuesta creer en esas cosas ahora. Me han vendido tantas…

• Mi dieta… debería ser más sana.
• El médico… me dijo que controle el sodio.
• Esta sal… solo me recuerda a lo que ya no es.

La sal marina celta… he oído hablar de ella. Supongo que también tiene sus defensores. Y sus detractores. Como todo.

Pero… ¿qué importa? Al final, solo es sal. Sirve para sazonar, para preservar… pero ¿para qué preserva a uno de esta soledad? El sabor… Se me escapa.

A veces, en estas noches, añoro el aroma de su cocina. El de la sal… el de los pimientos… el de su vida. Todo mezclado.

La sal refinada… es la que tengo. La más simple. La más común. Como yo ahora. Es barata. Cumple su función. Pero no es mi abuela.

Y ya es tarde… demasiado tarde. Debería dormir. La sal espera en la despensa. Un día compraré otra, seguramente. Una nueva…

¿Qué es una piedra de sal y para qué sirve?

Uf, una piedra de sal… ¿para qué era eso? Ah, ya!

• Piedra de sal: sal para suavizadores de agua. O sea, no es la sal que echo en la paella, ¡ojo!
• No sirve para cocinar, es para el hogar.
• Esencial para que el suavizador funcione bien, creo que para quitar la cal.
• Mi suavizador usa pastillas, pero he visto piedras enormes en casa de mi abuela. ¿Será lo mismo pero en formato gigante? A ver si le pregunto.
• ¿Qué pasa si uso sal normal? ¿Se estropea el suavizador? Mejor no experimento, que luego la avería la pago yo.
• Importante mantener el suavizador con la sal adecuada, así dura más y el agua sale mejor. ¡Menos cal en la ducha!

Información adicional:

Los suavizadores ayudan a reducir la dureza del agua, evitando depósitos de cal en tuberías y electrodomésticos. Hay diferentes tipos de sal: en pastillas, cristales, roca… ¡Un mundo!

¿Cómo usar las piedras de sal?

Cocinar: Carnes, pescados, verduras. Calor. Sabor sutil. Yo prefiero el pescado, sellado sobre la sal.

Enfriar: Sushi, postres, bebidas. Frío. Visualmente atractivo. Recuerdo un verano, ginebra con hielo de sal rosa…

Servir: Quesos, frutas. Rústico. Elegante. La textura rugosa contrasta con la suavidad del queso. En mi casa, usamos una losa grande para embutidos.

Limpieza: Agua. Cepillo suave. Nada de químicos. Las mías, las dejo secar al sol.

• Dureza. Resistentes.
• Conductividad térmica. Mantener temperatura.
• Origen. Himalaya. Minerales. (No todos los rosas son del Himalaya, cuidado).
• Porosidad. Absorben sabores con el tiempo. Deben “curarse”. Las mías las froté con ajo antes del primer uso.
• Estética. Distintas tonalidades, formas irregulares. Obra de arte natural. Tengo una pequeña, gris, casi translúcida. Una joya.

¿Cómo se cargan las piedras de sal?

Sal. Agua. Sol. Cargar piedras. ¿Cargarlas para qué, en realidad? A veces pienso que es sugestión. Pero bueno, si funciona, funciona. Agua con sal… ¿Agua de mar sirve? Tengo que probar con agua de mar la próxima vez. La recogí en Cádiz este verano. Igual es mejor. Más natural. Más potente.

• Sal común.
• Un vaso de agua.
• Unas horas de sol.

¿Y si no hay sol? Vivo en Galicia, aquí el sol… un lujo. A ver si las piedras se cargan con lluvia. Sería lo lógico. Bromas aparte, usaré una lámpara. Una de esas de luz ultravioleta. ¿Servirá? Ya lo veré. Método sencillo, eso sí. Casi ridículo de simple. ¿Será por eso que dudo? La próxima vez que vaya a la playa… necesito más piedras. Las de río no me convencen. Demasiado… redondas. Prefiero las rugosas. Las del Cantábrico.

• Probar con agua de mar.
• Lámpara UV si no hay sol.
• Piedras del Cantábrico.

El método: Sumergir las piedras en agua con sal y secarlas al sol. Listo. Tan simple como eso. Voy a apuntarlo en mi libreta. Que luego se me olvida. A veces pienso que mi memoria es un colador. O peor, una esponja… que absorbe todo y no suelta nada a menos que la exprimas muy fuerte. Y a mí me da pereza exprimirla.