¿Cuál es el lugar más cercano a la luna?

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El Chimborazo, en Ecuador, ostenta el título del punto terrestre más próximo a la Luna. Su ubicación sobre el abultamiento ecuatorial de la Tierra lo sitúa a mayor distancia del centro del planeta, acercándolo así al espacio exterior y, por consiguiente, a nuestro satélite natural.

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El Chimborazo: Más cerca de la Luna que el Everest

La idea intuitiva nos lleva a pensar que el punto más cercano a la Luna es la cima del monte más alto del mundo, el Everest. Sin embargo, la realidad es sorprendentemente diferente. El honor de ser el lugar de la Tierra más próximo a nuestro satélite natural le pertenece al Chimborazo, un volcán inactivo ubicado en la Cordillera de los Andes, en Ecuador.

Si bien el Everest se alza a una mayor altura sobre el nivel del mar, la clave radica en la forma de la Tierra. Nuestro planeta no es una esfera perfecta, sino un geoide: una forma ligeramente achatada en los polos y abultada en el ecuador. Este abultamiento ecuatorial, producto de la fuerza centrífuga de la rotación terrestre, es el factor determinante.

El Chimborazo, situado casi sobre la línea ecuatorial, se beneficia de este abultamiento. Aunque su altitud sobre el nivel del mar es menor que la del Everest (6310 metros frente a 8848,86 metros), su distancia al centro de la Tierra es significativamente mayor. Es precisamente esta distancia al centro terrestre la que define la proximidad a la Luna. Al estar más alejado del centro de la Tierra, el Chimborazo se encuentra, en realidad, a una mayor distancia del centro de gravedad del planeta que el Everest.

Esta sutil diferencia en la distancia al centro de la Tierra, aunque parezca insignificante, resulta crucial en términos de proximidad al espacio exterior y, por lo tanto, a la Luna. La fuerza de gravedad es menor en la cima del Chimborazo que en la cima del Everest, y esta menor atracción gravitatoria, unida a su mayor distancia al centro terrestre, contribuye a su mayor proximidad al satélite natural.

Por lo tanto, la próxima vez que piense en el punto más cercano a la Luna en la Tierra, recuerde el Chimborazo. Este majestuoso volcán ecuatoriano, más allá de su belleza escénica y su importancia geológica, guarda un secreto cósmico: la privilegiada posición que lo sitúa más cerca de nuestro vecino celestial de lo que podría imaginar la intuición. Es un recordatorio fascinante de la complejidad de la geometría terrestre y su influencia en nuestra percepción del espacio.