¿Cuál es la ciudad más alta de América del Sur?

En las alturas de los Andes, donde el aire se enrarece y el cielo se extiende en un azul profundo, se encuentra la ciudad más alta de Sudamérica: Juliaca, Perú. A menudo eclipsada por la fama turística del lago Titicaca y la vecina ciudad de Puno, Juliaca se alza imponente a 3824 metros sobre el nivel del mar, un testimonio de la adaptación humana a las condiciones extremas de la puna.

Si bien Puno, también a orillas del Titicaca, es frecuentemente mencionada como la ciudad más alta del continente, la realidad geográfica coloca a Juliaca en la cima. Una diferencia de apenas 14 metros, que podría parecer insignificante, marca una distinción crucial en la altitud y, consecuentemente, en las condiciones de vida de sus habitantes. Mientras Puno se ubica a 3810 metros sobre el nivel del mar, Juliaca respira el aire aún más tenue de los 3824 metros, exigiendo una adaptación fisiológica notable a sus residentes.

Esta sutil diferencia de altitud no solo implica un cambio en el paisaje y la presión atmosférica, sino que también influye en la cultura y el desarrollo de ambas ciudades. Juliaca, como principal centro comercial y de transporte del altiplano peruano, ha crecido a un ritmo acelerado, impulsada por la dinámica de su aeropuerto, el Inca Manco Cápac, puerta de entrada para el turismo y el comercio en la región. Su carácter bullicioso y emprendedor contrasta con la atmósfera más tradicional y turística de Puno, centrada en la riqueza cultural y la conexión con el lago sagrado.

La altitud de Juliaca, más allá de una simple cifra, define su identidad. Moldea la vida de sus habitantes, que han aprendido a convivir con la escasez de oxígeno, las temperaturas extremas y la fuerza del sol altiplánico. Influye en su gastronomía, sus costumbres y su ritmo de vida, creando una experiencia única para quienes se aventuran a explorar esta ciudad en las alturas, un verdadero balcón hacia el cielo andino. Juliaca, la ciudad que roza las nubes, espera ser descubierta más allá de su título de la más alta, revelando una riqueza cultural y humana tan imponente como su altitud.