¿Cuál es la frecuencia de una onda de rayos gamma?

El Universo en Alta Frecuencia: Descifrando el Misterio de las Ondas Gamma

Los rayos gamma, la forma más energética de radiación electromagnética conocida, son mensajeros del cosmos que nos revelan eventos cósmicos de una violencia inimaginable. Pero, ¿qué determina su poder destructivo y su capacidad para penetrar materia densa? La clave reside en su frecuencia, un parámetro que los sitúa en un extremo del espectro electromagnético, un reino de vibraciones increíblemente rápidas.

A diferencia de las ondas de radio, que se propagan a frecuencias relativamente bajas (del orden de 10⁸ Hz, o hercios, ciclos por segundo), o la luz visible, que oscila a una frecuencia de alrededor de 10¹⁴ Hz, la frecuencia de los rayos gamma es asombrosamente alta. Si bien no existe un límite superior absoluto definido, se considera que la frecuencia de los rayos gamma comienza aproximadamente en 10²⁰ Hz y se extiende hacia valores aún más elevados. Esta gigantesca diferencia en frecuencia es la que determina sus propiedades únicas.

Imaginemos una cuerda vibrante: cuantas más vibraciones por segundo realiza, más alta es su frecuencia y más energía transporta. Lo mismo ocurre con los rayos gamma. Su altísima frecuencia se traduce en una altísima energía, lo que les permite interactuar con la materia de forma mucho más intensa que otras formas de radiación. Esta intensa interacción es la razón por la que los rayos gamma son tan penetrantes y pueden ser tan dañinos para los seres vivos.

Sin embargo, es importante aclarar que la afirmación “10²⁰ Hz” representa un valor aproximado, un punto de partida en la escala de frecuencias. La energía de los rayos gamma es tan variable, dependiendo del fenómeno astrofísico que los origina, que su frecuencia puede llegar a valores mucho más altos, incluso superando con creces la cifra mencionada.

Estos fenómenos que generan los rayos gamma son eventos de gran energía, como las explosiones de supernovas, los estallidos de rayos gamma (GRBs, por sus siglas en inglés), las colisiones de estrellas de neutrones y la actividad de núcleos galácticos activos (AGN). El estudio de estos rayos gamma, a través de observatorios espaciales como el Fermi Gamma-ray Space Telescope, nos permite comprender mejor los procesos más energéticos del universo y desentrañar los misterios que aún guardan los confines más remotos del cosmos. La alta frecuencia de estas ondas, por lo tanto, no es solo un dato numérico, sino la clave para entender algunos de los eventos más violentos y fascinantes del universo.