¿Cuánto dura la menguante de diciembre?

4 ver

La fase menguante de diciembre, iniciada el 22 a las 23:18 horas, se prolonga hasta la luna nueva del 30. Su duración total es de aproximadamente ocho días, aunque la visibilidad de la fase menguante dependerá de las condiciones meteorológicas.

Comentarios 0 gustos

La menguante de diciembre: Un breve susurro lunar antes del nuevo ciclo

Diciembre, mes de balances y nuevos comienzos, nos regala una fase lunar menguante que invita a la introspección y a la liberación de lo que ya no nos sirve. Este año, la luna inicia su recorrido menguante el día 22 a las 23:18 horas, un momento casi al filo de la medianoche que nos susurra la proximidad del fin de un ciclo. Su viaje hacia la oscuridad total, la luna nueva, culminará el día 30, marcando el inicio de una nueva etapa lunar.

A lo largo de aproximadamente ocho días, la luna irá perdiendo su luminosidad, adelgazando su silueta en el cielo nocturno. Si bien la duración astronómica de esta fase menguante es de ocho días, la percepción de su presencia dependerá de diversos factores, principalmente las condiciones meteorológicas. Un cielo nublado puede ocultarnos su discreto brillo, mientras que una atmósfera limpia nos permitirá apreciar su belleza en todo su esplendor.

Este periodo menguante de diciembre, breve pero intenso, es una oportunidad para conectar con nuestra propia interioridad. Así como la luna se desprende de su luz, podemos aprovechar esta energía para soltar aquello que nos pesa, ya sean emociones, hábitos o situaciones que nos impiden avanzar. Es un momento propicio para la reflexión, la meditación y la planificación de los nuevos proyectos que queremos manifestar en el próximo ciclo lunar.

La menguante de diciembre de este año, con su particular inicio casi a la medianoche del día 22, nos recuerda la naturaleza cíclica del tiempo y la importancia de fluir con los ritmos de la naturaleza. Observar la luna en sus diferentes fases nos conecta con una sabiduría ancestral y nos permite comprender que, al igual que ella, nosotros también experimentamos periodos de crecimiento, plenitud y declive, un ciclo constante de renovación y transformación. Así, la breve menguante de diciembre se convierte en un preludio de la nueva luna, un tiempo de esperanza y de renacimiento bajo el manto estrellado del cielo invernal.