¿Por qué la Luna nos alumbra?

La Luna: Iluminada por el Sol, no por sí misma

La Luna, nuestro satélite natural, es un cuerpo celeste que ilumina el cielo nocturno. Sin embargo, a diferencia del Sol, la Luna no emite su propia luz. Su brillo es simplemente un reflejo de la luz solar que la ilumina.

La Superficie Reflexiva de la Luna

La superficie de la Luna está compuesta principalmente por rocas y polvo llamados regolito. Estas partículas están cubiertas por una fina capa de material metálico y vidrioso llamado polvo espacial. Cuando la luz del Sol incide sobre la superficie lunar, estas partículas reflejan una parte de esa luz hacia el espacio.

La Iluminación de la Luna

La cantidad de luz solar reflejada por la Luna varía dependiendo de su posición en relación con la Tierra y el Sol. Cuando la Luna está entre la Tierra y el Sol, su lado oscuro mira hacia nuestro planeta, por lo que no es visible. Esta fase se conoce como luna nueva.

A medida que la Luna orbita alrededor de la Tierra, va girando gradualmente, revelando progresivamente su lado iluminado. Esta fase creciente se conoce como cuarto creciente. Cuando la Luna está en el lado opuesto de la Tierra desde el Sol, su lado completamente iluminado mira hacia nuestro planeta, lo que da lugar a la luna llena.

Influencia de la Atmósfera de la Tierra

La atmósfera de la Tierra también juega un papel en la apariencia de la Luna. Cuando la luz solar atraviesa la atmósfera, se dispersa, lo que hace que el cielo parezca azul durante el día. Por la noche, esta dispersión de la luz también ilumina ligeramente la superficie de la Luna, incluso cuando no está completamente iluminada por el Sol.

Conclusión

La Luna no emite luz propia. Su brillo es un reflejo de la luz solar que la ilumina. A medida que la Luna orbita la Tierra, su lado iluminado varía, lo que da lugar a las diferentes fases de la Luna. La atmósfera de la Tierra también influye en la apariencia de la Luna, iluminando ligeramente su superficie incluso durante la noche.