¿Qué es la cosa más vieja del universo?

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Un evento de rayos gamma, detectado por el satélite Swift de la NASA, representa el objeto cósmico más antiguo observado. Originado hace 13.000 millones de años, este remanente de una estrella extinta se formó poco después del Big Bang, a tan solo 600 millones de años de éste.
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El universo, en su inmensidad y misterio, guarda secretos que poco a poco vamos desentrañando. Uno de los más fascinantes es la edad de los objetos que lo pueblan. ¿Cuál es la cosa más antigua que hemos observado hasta la fecha? Apuntemos hacia un evento cósmico excepcional, una explosión de rayos gamma detectada por el satélite Swift de la NASA, que nos permite vislumbrar un pasado remotísimo.

Este destello de energía, un eco de un evento cataclísmico ocurrido a 13.000 millones de años luz de nosotros, representa el vestigio observable más antiguo jamás registrado. Imaginen: la luz de esta explosión, viajando a la velocidad inimaginable de 300.000 kilómetros por segundo, tardó 13.000 millones de años en alcanzarnos. Eso significa que estamos observando un evento que ocurrió apenas 600 millones de años después del Big Bang, la gran explosión que dio origen al universo.

Este evento, más que un “objeto” en sí mismo, es el remanente de una estrella gigantesca que llegó al final de su vida de una manera espectacular. Al colapsar sobre sí misma, liberó una inmensa cantidad de energía en forma de rayos gamma, una de las formas de radiación más potentes del cosmos. Es la agonía de esta estrella primigenia lo que el satélite Swift captó, abriéndonos una ventana a una época en la que el universo era joven y se estaban formando las primeras estrellas y galaxias.

Es importante destacar que, si bien hablamos de la “cosa más antigua observada”, no podemos afirmar con certeza absoluta que no exista algo aún más antiguo. El universo es vasto y nuestros instrumentos, aunque cada vez más sofisticados, tienen limitaciones. La observación de este evento de rayos gamma, sin embargo, nos permite acercarnos a los albores del cosmos, a ese periodo crucial en el que se sentaron las bases del universo que conocemos hoy. Es un recordatorio de la inmensidad del tiempo y del espacio, y de la constante evolución del universo, del cual formamos parte. La búsqueda de respuestas continúa, y cada nuevo descubrimiento nos acerca un poco más a comprender nuestros orígenes.