¿Qué pasa cuando la luz pasa de un medio a otro más denso?

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¡Es fascinante! Ver cómo la luz se descompone al pasar, por ejemplo, del aire al vidrio de un prisma, me deja maravillada. Es como si la luz se frenara y revelara su verdadera naturaleza multicolor. Esas ondas cortas, como las azules y violetas, se retrasan más, creando ese arcoíris tan hermoso. ¡Es una demostración tangible de la física en acción!

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¿Qué pasa cuando la luz salta de un medio a otro, sabes? Me sigue fascinando. De verdad. Recuerdo una vez, en la clase de física del instituto – sí, ya sé, suena aburrido, pero espera – que nuestra profesora nos enseñó con un prisma. Un simple prisma de cristal, pero… ¡wow! Ver cómo la luz blanca, tan normal, tan… blanca, se descomponía al atravesarlo… ¿No te parece mágico? Como si de repente se quitara una máscara y mostrara toda su belleza interior, un arcoíris vibrante, explosivo.

Esas ondas, ¿verdad? Las cortas, las azules, las violetas… se frenan más, dicen los libros. Lo leí, lo vi, pero aún así me sigue pareciendo alucinante. Como si la luz, esa cosa tan rápida, tan etérea, de repente se diera cuenta de que está entrando en un sitio más denso y, ¡zas!, reduce la velocidad. Y claro, las más rápidas – las rojas – se retrasan menos. Es un espectáculo, ¿no? Una fiesta de colores que brota de algo tan simple.

Me acuerdo que después de clase, jugaba con mi prisma, intentando ver el arcoíris en diferentes superficies. En el suelo mojado, incluso en una taza de agua. No siempre salía igual de bonito, ¡claro! Pero, cada intento, era una pequeña experiencia de esa “magia” científica, ¿sabes? Como descubrir un pequeño secreto del universo. Y es que, a veces, uno lee de índices de refracción y leyes de Snell… y se queda un poco… plano. Pero luego ves la luz separarse en colores… y, ¡uff!, se te eriza la piel. Es la física en acción, sí, pero también es… poesía pura.