¿Qué pasó con el robot que enviaron a Marte?

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El robot explorador InSight de la NASA dejó de funcionar por agotamiento de baterías. La acumulación de polvo en sus paneles solares impidió la recarga necesaria para su operación.
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El silencio en Marte es más profundo. Ya no escuchamos el latido sísmico del planeta rojo, un susurro que durante cuatro años nos llegó gracias a InSight, el robot geofísico de la NASA. Su misión, pionera en la auscultación del interior marciano, ha llegado a su fin, silenciada por el implacable polvo rojo que cubre sus paneles solares.

InSight, acrónimo de Interior Exploration using Seismic Investigations, Geodesy and Heat Transport, aterrizó en Elysium Planitia en noviembre de 2018 con una ambiciosa meta: desentrañar los misterios del corazón de Marte. Equipado con un sismómetro de alta precisión y una sonda de flujo de calor, el robot debía proporcionarnos información crucial sobre la estructura interna del planeta, su actividad sísmica y su evolución térmica. Y lo hizo, superando las expectativas.

Durante su misión, InSight detectó más de 1.300 “martemotos”, revelando la actividad tectónica aún presente en el planeta. Además, sus mediciones permitieron a los científicos determinar el tamaño del núcleo marciano, su estado (líquido) y su composición, rica en elementos ligeros como azufre y oxígeno. Datos invaluables para comprender la formación y evolución no solo de Marte, sino también de otros planetas rocosos, incluyendo la Tierra.

Sin embargo, la atmósfera marciana, tenue y polvorienta, se convirtió en la némesis de InSight. La acumulación progresiva de polvo en sus paneles solares, un fenómeno previsto pero inevitable, disminuyó drásticamente su capacidad de generar energía. Los “demonios de polvo”, pequeños torbellinos característicos de Marte, que en ocasiones limpian las superficies expuestas, no fueron suficientes para rescatar al robot de su destino.

A pesar de los esfuerzos del equipo de la misión, que implementaron ingeniosas estrategias para prolongar su vida útil, incluyendo el uso del brazo robótico para intentar limpiar los paneles, la energía disponible fue menguando inexorablemente. Finalmente, en diciembre de 2022, la NASA declaró oficialmente el fin de la misión, tras dos intentos fallidos de comunicación.

La historia de InSight es un testimonio de la complejidad y los desafíos de la exploración espacial. Aunque su voz se ha apagado, el legado científico del robot perdura. Los datos recogidos durante su misión seguirán siendo analizados por años, proporcionando valiosas pistas sobre la historia geológica de Marte y ayudando a desentrañar los secretos del Sistema Solar. Su silencio, paradójicamente, nos habla con elocuencia de un planeta fascinante y aún lleno de misterios. Un silencio que nos impulsa a seguir explorando.