¿Qué luces son obligatorias de día?

Las Luces Obligatorias de Día: Más allá de la Visibilidad

Las luces de conducción diurna (DRL, por sus siglas en inglés) son una realidad en la mayoría de los vehículos nuevos de la Unión Europea desde 2011. Su implementación no ha sido una medida estética, sino un paso importante para la seguridad vial. Pero, ¿qué implican estas luces y qué es exactamente lo que son obligatorias?

A menudo, la pregunta se centra en si las DRL reemplazan las luces convencionales de conducción durante el día. La respuesta es un rotundo no. Las luces de conducción diurna, como su nombre indica, son luces destinadas a ser encendidas durante el día, complementando la visibilidad del vehículo y, por tanto, la del conductor. Su propósito fundamental es facilitar la anticipación y la reacción de otros usuarios de la carretera, mejorando la seguridad de todos. No pretenden sustituir la función de las luces de carretera o luces de cruce, que son imprescindibles para la visibilidad en condiciones de baja luminosidad.

La obligación de las DRL no afecta a las luces convencionales. Aunque las DRL sean obligatorias en la mayoría de los vehículos nuevos, la conducción con luces principales, o luces de carretera, puede ser obligatoria en ciertas circunstancias, como por ejemplo:

• Condiciones de visibilidad reducida: Incluso de día, si la visibilidad se reduce por niebla, lluvia intensa, polvo o humo, o en túneles, es indispensable usar las luces de cruce o carretera según las circunstancias y la normativa.

• Conducir detrás de un vehículo de gran tamaño o con remolque: El incremento de visibilidad de otros vehículos, especialmente si se trata de vehículos grandes o con remolque, es una razón fundamental para mantener las luces de conducción activadas de día o noche, para que este vehículo pueda ser visto más fácilmente por otros conductores.

Las luces de conducción diurna, pues, cumplen una función específica: mejorar la visibilidad del vehículo durante el día y ser un indicador claro de la presencia del mismo. No reemplazan a las luces convencionales y su correcto funcionamiento es vital para la seguridad vial. Su objetivo es disminuir el riesgo de accidentes, no reemplazar las luces. Su inclusión en la normativa europea es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede mejorar la seguridad en el camino.