¿Qué pasa si no cambio los filtros del coche?

¿Qué pasa si no cambio los filtros del coche? Ay, Dios mío, ¿en serio tengo que explicar esto otra vez? Me pone de los nervios, de verdad. Es como si… ¡no sé!… como si vieras a alguien ahogar a un gatito, pero en versión mecánica. Un filtro sucio, ¿sabes? Es como taparle la nariz al motor, pobrecito. Se ahoga, tose, se esfuerza… Consume un montón más de gasolina, ¡como si se enfadara por tener que trabajar con tanta suciedad! Y lo peor, lo peor de todo, es que a la larga, le haces un daño terrible. Un daño que te va a salir carísimo de reparar, mucho más caro que esos pocos euros que cuesta el filtro nuevo.

Recuerdo una vez, con mi viejo Seat Panda, ¡ay, qué tiempos!… El filtro del aire estaba tan negro, tan lleno de polvo y mierda… parecía una bola de carbón. El coche iba como un tractor, jadeante, tragando gasolina como un poseso. Casi me da un infarto cuando el mecánico me dijo lo que le había pasado al motor por mi descuido. ¡Una pasta! Una auténtica barbaridad. Desde entonces, cambio los filtros religiosamente. Es que… ¡es tan sencillo! ¿De verdad vale la pena arriesgarse?

Y no solo el filtro del aire, ¿eh? El del aceite también es crucial. He leído por ahí, no recuerdo dónde, que un filtro de aceite sucio puede reducir la eficiencia del motor hasta en un 15%. ¡Quince por ciento! Es un montón. Piensa en lo que te ahorras en gasolina con un motor que funciona bien. Y, sobre todo, piensa en la vida útil de tu coche. Un motor limpio, con filtros nuevos, es un motor feliz, que te dura mucho más tiempo. ¿Acaso quieres que tu fiel compañero de ruta se desgaste prematuramente? A mí, la verdad, no. Me da muchísima pena. Así que, por favor, por el bien de tu coche, ¡cambia esos filtros!