¿Cómo puedo medir mililitros sin un medidor?

¡Ay, Dios mío! ¿Cómo hago para medir mililitros sin un medidor? Me pasó el otro día, estaba haciendo la receta de la abuela, esa tarta de manzana que sale tan espectacular, y ¡zas!, me di cuenta que no tenía mi medidor a mano. Un verdadero drama, ¿no?

Primero pensé en la cuchara sopera, claro, ¿quién no lo ha hecho alguna vez? Es lo que siempre me han dicho: que 20 cucharadas son como 250 ml… más o menos. Pero ¿más o menos cuánto? ¡Eso es lo que me da miedo! Recuerdo una vez que intenté hacer un bizcocho siguiendo una receta que decía eso, y el resultado… bueno, digamos que fue una experiencia. Quedó plano como una tortilla, ¡un desastre! Para recetas complicadas, donde una cucharadita de más o de menos puede arruinarlo todo, no me arriesgo. Ni loca. Prefiero ir corriendo a la tienda, aunque sea a las once de la noche.

De hecho, esa vez aprendí la lección. Ahora siempre tengo varios medidores, de diferentes tamaños. Es que, ¿sabes?, en la cocina, igual que en la vida, las cosas no siempre son tan sencillas como parecen. A veces una pequeña variación puede ser la diferencia entre un éxito rotundo y un fracaso épico. Y, claro, no quiero ni pensar en el desperdicio de ingredientes… Ese día me dio tanta rabia tirar la mezcla del bizcocho…

Así que, mi consejo: si es algo importante, no te la juegues. Ve a buscar un medidor. Pero si es algo simple, la cuchara sopera te puede sacar de un apuro, ojo, como aproximación, no te fíes al 100% ¡eh! Aunque, como decía, prefiero tener mi medidor a mano, ¡para evitar sustos! Es que, al final, la cocina es un arte, un poco como la vida misma; requiere de paciencia, precisión y… ¡un buen medidor! ¡Ja!

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