¿Cómo saber la temperatura del agua sin termómetro?

A ver, ¿a quién no le ha pasado? Estás ahí, listo para hacerte un té, un café, o quizás hasta aventurarte con una receta que necesita la temperatura del agua justa… ¡y zas! No encuentras el termómetro por ningún lado. Pánico. Pero, ¿de verdad necesitamos un termómetro para saber si el agua está en su punto? Pues parece que no.

Me acuerdo una vez, intentando hacer la masa madre perfecta para un pan casero que me había propuesto hornear. La receta, súper exigente con la temperatura del agua, claro. El termómetro, escondido en lo más profundo de un cajón, inaccesible. ¿Qué hacer? Pues me acordé de un truco que me contó mi abuela, ¡y vaya que funcionó!

¿Y cómo saberlo, entonces? Pues hay un par de cositas que puedes observar. Según parece, si ves que del agua empiezan a salir vapores y unas burbujitas muy pequeñas, como… como “ojos de cangrejo”, ¡atento!, porque estás entre los 79 y 81°C. ¿Te imaginas? ¡Ojos de cangrejo! ¿Quién se inventaría eso? Pero qué ingenioso, ¿no?

Pero espera, que hay más. Si, en cambio, empiezas a escuchar ruidos que vienen del fondo de la olla, y ves que suben burbujas, ahí sí que estás en el rango de los “ojos de pescado”, entre 82 y 85°C.

Ojo, eh, no es ciencia exacta, que esto depende mucho de la olla, de la cantidad de agua… Pero, en mi experiencia, te saca del apuro. Y, ¿sabes qué? A veces, las cosas más simples son las que mejor funcionan. ¿No te parece?

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