¿Cómo saber si un alimento tiene mucho sodio?

¿Cómo saber si algo tiene exceso de sodio?

¡Ay, amigo, el sodio! ¡Esa sal traicionera que te deja hinchado como un globo aerostático después de una fiesta de cumpleaños! ¿Cómo saber si te está pasando factura? ¡Pues facilísimo!

Mira la etiqueta, ¡por el amor de Dios! Si ves una cantidad de sodio que te hace chillar “¡Ay, madre!”, (como más de 700 mg por ración, vamos, que es un atraco a mano armada a tu riñón), huye despavorido. Es como encontrarte con un oso grizzly en el supermercado: ¡sal corriendo!

Pero… ¡ojo! que la cosa no es solo mirar el número mágico. Es como leer la letra pequeña de un contrato bancario, pero más emocionante.

• El tamaño de la porción es clave. Te venden 50 gramos de pizza congelada como una porción, pero ¿quién se come solo 50 gramos de pizza? ¡Ni mi abuela, que vive a base de heroicas raciones de tortilla!
• Suma, suma, suma. Si comes varias cosas “con poquito” sodio, al final estás tragando una montaña de sal. ¡Es la estrategia del pingüino emperador, pero con sodio!
• Cuidado con los “sin azúcar añadida”. A veces, para compensar la falta de dulzor, meten sal a cascoporro. ¡Trampas! ¡Malas trampas!

¿Más datos? Ayer mismo mi hermana, que sigue una dieta más estricta que un monje budista, casi me mata porque le metí un poquito de sal a sus tomates cherry. ¡Qué exagerada! Pero bueno, el caso es que ella, con su app de seguimiento nutricional (una cosa rarísima con gráficos que parecen electrocardiogramas), puede saber al instante si se ha pasado con el sodio. Como un radar de sal, pero más molón.

En resumen, leer las etiquetas es fundamental, pero no te confíes, ¡que el sodio es un maestro del engaño! Y si tienes dudas, ¡consulta con un nutricionista! Mejor que te dé un buen susto por adelantado que una insuficiencia renal luego. Ah, y ya de paso, no le eches sal al tomate cherry de tu hermana, que luego se enfada. Palabra de experto (que soy yo).

¿Cómo saber si mi sodio está alto?

A ver, ¿preocupado por si tienes el sodio alto, eh? Venga, te cuento, que no es tan difícil pillar los síntomas… aunque a veces cuesta un poco.

Basicamente, si andas con el sodio por las nubes, los síntomas suelen ser bastante molestos, ya verás. Igual no los tienes todos a la vez, ojo, pero si te coinciden varios, ¡corre al médico! Te dejo una lista para que te hagas una idea:

• Dolor de cabeza que te revienta, pero en serio. No un dolorcito cualquiera.
• Mareos, como si te fueras a caer. A mí me pasó una vez y casi me estrello contra una farola, te lo juro.
• Zumbido de oídos, ese pitido molesto que no te deja en paz.
• Esa sensación rara de ver lucecitas por todos lados, como si fuera Navidad todo el año.
• Visión borrosa, que parece que necesitas gafas nuevas urgentemente… y a lo mejor no es eso.
• Dolor en el pecho, que puede ser un susto tremendo, y/o dolor lumbar, que te deja doblado.
• Tobillos hinchados, como globos, que no te entran ni los zapatos.

Si tienes varios de estos, yo no me lo pensaba, que el sodio alto puede ser peligroso, sobretodo si te da por comer muchas patatas fritas y cosas saladas. ¡Ah! Y si eres de los que sudan mucho en verano, ojito también. Lo mejor es ir al médico y que te hagan un análisis. Así sales de dudas de una vez y te quedas tranquilo. Y, por si acaso, ¡baja el consumo de sal!

Y una cosa mas, que me acabo de acordar. Mi abuela siempre decía que para el dolor de cabeza, nada como un buen vaso de agua con limón. No sé si funciona con el sodio alto, pero por probar, ¡no pierdes nada! Y tambien decia que si se te hinchan los tobillos, pongas los pies en alto un rato. Vaya, es una señora mayor. No le hagas mucho caso.

¿Cuándo se considera un alimento alto en sodio?

¡A ver, a ver! Me preguntaste sobre el sodio, ¿no?

Pues mira, cuando un alimento tiene 20% o más del Valor Diario (VD) de sodio por porción, ¡boom!, se considera alto en sodio. Ya está, esa es la respuesta corta.

Pero esperate, que te cuento más porque esto del sodio es un rollo.

• ¡Ojo con las etiquetas!: Siempre revisa la etiqueta nutricional, es tu mejor amiga. Yo antes no lo hacía, pensaba que todo era sano… ¡qué ilusa! Ahora lo primero que miro es el sodio.

• El sodio no solo está en la sal: A veces pensamos “ah, yo no le echo sal a la comida”, pero ¡sorpresa! Muchos alimentos procesados ya vienen cargadísimos. Las sopas de sobre, las salsas, los embutidos… ¡uff!, una bomba.

• Cuidado con los restaurantes: Comer fuera es un peligro para el sodio. Yo siempre pido que me echen poca sal, o directamente nada, y a veces me miran raro, pero ¡mi salud es primero!

• Alternativas: Busca versiones bajas en sodio de tus productos favoritos. Yo he encontrado unas galletas saladitas bajas en sodio que están bastante decentes.

Además, te digo, este año fui al médico y me dijo que tenía la presión un poco alta. ¡Imagínate el susto! Así que ahora estoy super concienciada con el sodio. De hecho, hasta estoy pensando en comprarme un tensiómetro de esos que te tomas la presión en casa, para controlarlo mejor. Ya te contaré si me lo pillo.

¿Cuánto sodio es mucho?

¡Ay, madre mía, el sodio! ¡Ese mineral traicionero que te deja hinchado como un globo! 2300 mg al día es el límite para adultos y adolescentes, o sea, como si te comieras un kilo de patatas fritas ¡de golpe! (Claro, exagero, pero entienden la idea, ¿no?). Para niños de 9 a 14, ¡bajamos a 1800 mg! Es como si… bueno, mejor no hago más comparaciones absurdas, que me desvío.

Para los peques de 4 a 8 años, ni se te ocurra pasar de 1500 mg. Si no, ¡se ponen a saltar como si les hubieran enchufado a la corriente! Es broma, pero ojo con el sodio, eh. Mi cuñado, por ejemplo, se pasa tres pueblos con el salero, y ahora parece un jamón serrano, todo hinchado. Pobrecillo.

Niños más pequeños (de 4 a 8 años) necesitan menos, y eso que comen como si tuvieran un agujero negro en el estómago. Adolescentes, se creen invencibles, pero ¡el sodio no perdona! Ese es mi lema.

• Adultos/Adolescentes (14+): Máximo 2300 mg. ¡Ni un gramo más!
• Niños (9-14): 1800 mg. No es broma.
• Pequeños (4-8): 1500 mg. Menos es más, sobre todo en sal.

¡Y hablando de sal!, ayer mismo mi suegra me regaló un bote de sal rosa del Himalaya. ¡Dice que es súper sana! Será sana, pero si me paso con ella, me hincho como una piñata. Ya me lo imagino, explotando de sodio. A ver si me lo creo.

¿Qué se considera un alto contenido de sodio?

Oye, ¿alto contenido de sodio, dices? ¡Ay, Dios mío, eso me suena! Es un rollo, ¿sabes? Lo que yo entiendo es que si un producto tiene un 20% o más del valor diario (VD) de sodio por ración, es mucho, demasiado ¡Alto, alto! Ya ves, en serio, ¡mucho!

Mira, te lo explico rápido. Es que es así, simple. Un 5% o menos es poco sodio, bajito, casi nada. Pero, ¡ojo! Fíjate bien en la ración, ¡eh! Que a veces te comes dos y zas, te pasas del límite sin darte cuenta. Como me pasó a mí el otro día con esas patatas fritas, ¡uf! Ya no las compro más, aprendí la lección a base de hinchazón.

Menos del 5% del VD es bajo.Más del 20% del VD es alto, ¡y eso es mucho, mucho sodio!

• Recuerda siempre mirar la ración.
• Lee las etiquetas, ¡es importante! Es la única forma de controlarlo.
• Si te pasas, no pasa nada, solo intenta controlar el sodio la próxima vez. Yo uso una app que me ayuda a llevar la cuenta. Se llama “Saludable con Carla”. Es buenísima, créeme.

Este año, me he propuesto controlar el sodio en mi dieta. ¡Llevo tres meses y ya me siento muchísimo mejor! ¡De verdad! Ya no me hincho tanto. Antes me pasaba constantemente.

¡Ah! Y otra cosa que se me olvidaba. Para una persona que debe seguir una dieta baja en sodio, menos de 1500 mg al día es lo recomendado por mi nutricionista. Aunque esto es algo que deberías hablar con tu doctor. ¡Cada persona es un mundo!