¿Cuál es el orden de los alimentos en el desayuno?

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El orden de los alimentos en el desayuno influye en la saciedad. Un estudio, coordinado por Edwin Fernández Cruz, sugiere que priorizar zumo, luego alimentos sólidos (como tostada), y finalmente el café, es la secuencia óptima.
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El Desayuno Perfecto: ¿Importa el Orden de los Alimentos?

El desayuno, la comida más importante del día, a menudo se consume de forma apresurada, sin prestar atención al orden en que ingerimos los alimentos. Sin embargo, según un estudio coordinado por el investigador Edwin Fernández Cruz, la secuencia de los alimentos en el desayuno podría tener un impacto significativo en nuestra sensación de saciedad y, por ende, en nuestros hábitos alimenticios a lo largo del día.

Contrariamente a la creencia popular de comenzar con una taza de café para despertar, el estudio sugiere una secuencia alternativa para optimizar la sensación de plenitud y evitar picos de glucosa en sangre. Fernández Cruz y su equipo proponen un orden específico: primero el zumo, luego los alimentos sólidos y finalmente el café.

La razón detrás de esta recomendación radica en la composición nutricional de cada elemento. El zumo, rico en fructosa y vitaminas, proporciona una rápida absorción de azúcares, ofreciendo un impulso de energía inicial sin generar un pico glucémico demasiado brusco. Este aporte energético inicial prepara al cuerpo para la ingesta de alimentos sólidos.

La ingesta de alimentos sólidos, como tostadas integrales con aguacate, cereales con frutas o un yogurt con frutos secos, a continuación del zumo, aporta fibra y proteínas. Estos macronutrientes contribuyen a una digestión más lenta y prolongada, generando una sensación de saciedad más duradera. La fibra, en particular, ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre, previniendo bajones energéticos posteriores.

Finalmente, el café, rico en antioxidantes y con un efecto estimulante, se consume al final. Su consumo posterior evita que interfiera con la absorción de nutrientes de los alimentos sólidos y el zumo, maximizando así los beneficios de cada componente del desayuno. Además, permite disfrutar de la bebida caliente sin la urgencia de comenzar la jornada.

Si bien se necesita más investigación para validar completamente estos hallazgos, el estudio de Fernández Cruz proporciona una perspectiva interesante sobre la importancia de la secuencia alimenticia. Experimentar con este orden de alimentos en el desayuno podría ser un cambio sencillo pero efectivo para mejorar la sensación de saciedad, controlar el apetito y mantener niveles de energía estables a lo largo de la mañana. Recuerda que la clave es la individualidad; lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Prueba este método y observa si se adapta a tus necesidades y preferencias, adaptando la propuesta a tus propios alimentos habituales. La idea principal es priorizar la ingesta de azúcares naturales seguidos de una fuente de proteínas y fibra, reservando estimulantes como el café para el final.