¿Cuáles son los 3 tipos de platos?

12 ver
Existen tres tipos principales de platos: los llanos para servir platos principales, los hondos para sopas y cremas, y los de postre, más pequeños, para disfrutar del final de la comida. Además, existen los platos de café, aún más pequeños, que acompañan la taza de café.
Comentarios 0 gustos

Más allá de la simple función de contener, los platos cuentan una historia gastronómica. Su forma y tamaño nos guían a través de la experiencia culinaria, desde el apetitoso plato principal hasta el dulce final. Existen tres categorías fundamentales que, aunque simples, reflejan la evolución de la cultura de la mesa y la importancia de la presentación.

Los Platos Llanos: La Base de la Comida

Los platos llanos, o platos de servir, son la columna vertebral de la experiencia gastronómica. Su superficie plana y generalmente de mayor tamaño permite presentar con gracia y precisión los platos principales. Desde un sabroso asado hasta un suculento filete, este tipo de plato se adapta a una amplia gama de opciones, donde la estética del platillo puede jugar un papel importante en la experiencia. Su diseño, a menudo simple pero elegante, permite que el foco se centre en el alimento, y no en el recipiente que lo contiene. Su característica fundamental es la amplitud para presentar elementos complementarios: verduras, salsas, guarniciones, todo contribuyendo a la experiencia sensorial completa.

Los Platos Hondos: Un Mundo de Sabores en Profundidad

Los platos hondos, en contraposición a la horizontalidad de los llanos, se caracterizan por su profundidad. Destinados a las cremas, sopas y caldos, su forma permite una experiencia sensorial única. La profundidad del plato ayuda a concentrar el sabor y las texturas, permitiendo que los ingredientes se mezclen armoniosamente. La textura, a menudo suave o con ligeros trozos de ingredientes, se percibe más plenamente en esta forma, resaltando la consistencia y el equilibrio del sabor. Desde una cremosa sopa de tomate hasta un caldo reconfortante de pollo, el plato hondo facilita la degustación de cada bocado, potenciando las notas aromáticas y gustativas.

Los Platos de Postre: Un Recuerdo Dulce

Los platos de postre, inherentemente más pequeños que los anteriores, se transforman en una representación artística del final de la comida. Su tamaño acotado no limita la magnificencia de los dulces, sino que concentra la experiencia en un espacio íntimo. Desde un delicado pastel de frutas hasta un crujiente helado de sabores exóticos, estos platos son un lienzo para mostrar la variedad y la creatividad de las recetas de postre. Su menor tamaño, cuidadosamente escogido, realza la experiencia del último paso culinario, transformando la degustación en un momento de deleite. Permiten una degustación más concentrada, sin dejar de lado la estética, para un cierre perfecto.

Los Platos de Café: Un Acto de Refinamiento Final

Por último, los platos de café, aún más pequeños, representan un acto de delicadeza y refinamiento. Su función es fundamentalmente contener las delicias que acompañan el café, como dulces o petit fours. Estos pequeños platos permiten una presentación elegante de estas exquisiteces, acompañando a la taza y prolongando la atmósfera de disfrute al final de la comida. Su tamaño preciso armoniza la degustación del café y las delicias complementarias, culminando la experiencia en una nota dulce y perfecta.

En resumen, los diferentes tipos de platos, más allá de su función práctica, son piezas claves para una experiencia culinaria completa, donde la forma y el tamaño se convierten en una sinfonía que une la estética y la degustación, creando un diálogo entre el alimento y el comensal.