¿Cuando hierves agua salada, ¿qué pasa con la sal?

El Misterio del Agua Salada Hirviendo: La Sal No Desaparece, Simplemente Se Transforma

Cuando llevamos agua salada a ebullición, un fenómeno fascinante ocurre: la sal no desaparece, sino que continúa disuelta en el vapor. Esta aparente paradoja encierra un interesante principio físico que nos revela más sobre las propiedades del agua y las soluciones.

A diferencia de la creencia popular, la sal no se “evapora” en la misma proporción que el agua al alcanzar el punto de ebullición. La sal, en su forma iónica, permanece disuelta en el agua líquida, y esa disolución es clave para el proceso. Lo que cambia es la temperatura necesaria para que el agua en su conjunto alcance el punto de ebullición.

El punto de ebullición de un líquido es la temperatura a la que la presión de vapor del líquido iguala a la presión atmosférica. Cuando añadimos sal al agua, la concentración de solutos (en este caso, la sal) en la solución aumenta. Esta mayor concentración de iones de sodio y cloruro altera las interacciones entre las moléculas de agua y las partículas disueltas. Para que el agua alcance la presión de vapor necesaria para hervir, se requiere una temperatura más elevada.

En otras palabras, la presencia de sal en el agua eleva el punto de ebullición. Mientras la disolución permanece, la sal continúa en el agua y, en el momento en que el agua alcanza la nueva temperatura de ebullición, se convierte en vapor, arrastrando consigo la sal disuelta.

Así, al condensar el vapor de agua salada, encontramos que la sal vuelve a formar una solución con el agua líquida. No ha desaparecido, simplemente se ha mantenido disuelta durante el proceso de ebullición. Este fenómeno explica por qué, por ejemplo, en algunos métodos de conservación de alimentos, la sal ayuda a evitar la descomposición, al igual que el agua salada se usa en algunos procesos industriales.

En resumen, hervir agua salada no elimina la sal; la mantiene disuelta en el vapor, y para lograrlo, el punto de ebullición del agua se eleva. Este simple experimento nos muestra un proceso fascinante donde la sal y el agua se unen en una compleja interacción química y física.