¿Cuándo se considera un producto bajo en azúcar?

Uf, este tema del azúcar bajo… ¡me trae de cabeza! ¿Medio gramo por cada cien gramos se considera “bajo”? ¿En serio? A mí me suena a broma, la verdad. Es que… ¿qué es medio gramo? ¡Nada! Una pizca, un suspiro de azúcar. Para mí, “bajo en azúcar” debería ser algo que casi ni lo notas, que te lo comes y dices “¿azúcar? ¿dónde?”.

Recuerdo una vez que compré un yogur que decía ser “bajo en azúcar” y ¡casi me da un subidón de lo dulce que estaba! Miré los ingredientes y claro, ahí estaba el truco: jarabe de maíz. ¡Jarabe de maíz! ¿Y me lo venden como bajo en azúcar? Me sentí engañada, ¿sabes? Es como si te dijeran que un coche es “bajo en consumo” y luego te gasta un dineral en gasolina. No tiene sentido.

A veces pienso que nos toman el pelo con estas cosas. Leemos “bajo en azúcar” y pensamos: “¡Genial, saludable!”. Pero luego, si te pones a sumar todos esos “medios gramos” que comes a lo largo del día… No sé, a mí me da la sensación de que al final es un montón de azúcar escondido. ¿No os pasa?

Debería haber una normativa más… ¿cómo decirlo? ¡Más seria! Que un producto “bajo en azúcar” de verdad tenga poquísima azúcar, y que no nos la cuelen con siropes y aditivos raros. Necesitamos etiquetas claras, directas al grano, que no nos hagan pensar tanto. Porque, a ver, yo solo quiero comer sano, ¿es mucho pedir?