¿Cuántos tipos de cloruro de sodio existen?

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El cloruro de sodio se comercializa en dos presentaciones principales: una refinada, de cristales blancos y homogéneos, conocida como sal fina o de mesa; y otra sin refinar, con cristales más irregulares y de color menos intenso, denominada sal marina, gruesa o de cocina, según la región.
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Más allá de la sal de mesa: explorando las variantes del cloruro de sodio

El cloruro de sodio, NaCl, conocido comúnmente como sal, es un compuesto esencial para la vida. Pero, ¿cuántos tipos de sal existen realmente? Si bien la respuesta podría parecer simple, la realidad es mucho más matizada que las dos presentaciones más habituales.

La percepción popular suele reducir el cloruro de sodio a dos tipos: la sal refinada, blanca y cristalizada uniformemente, y la sal marina, con cristales más gruesos y un tono ligeramente más oscuro. Esta distinción, aunque práctica, simplifica demasiado la realidad. La diferencia fundamental reside en el proceso de obtención y el grado de refinamiento, que afecta no solo a la apariencia, sino también al perfil mineral y a posibles impurezas.

La sal refinada, la conocida “sal de mesa”, se obtiene a través de la evaporación del agua de salmueras, generalmente de lagos o minas. Posteriormente, se somete a un proceso de purificación que elimina las impurezas y la deja con un color blanco puro, y con una textura cristalina uniforme. Este proceso elimina, además de impurezas visibles, minerales y elementos traza, lo que la convierte en una sustancia prácticamente pura.

Por otro lado, la sal marina se obtiene de la evaporación directa del agua de mar. En este caso, los cristales mantienen mayor cantidad de minerales y componentes presentes en el agua de mar original. Estas variaciones, aunque a menudo imperceptibles, incluyen sulfatos, magnesio, potasio, yodo y otros minerales. El color, que varía de un tono blanquecino a un grisáceo, y la textura más irregular, se deben a la presencia de estos minerales residuales.

Pero la variedad no se limita a refinada y marina. Existen otras presentaciones, como la sal rosa del Himalaya, extraída de minas de sal subterráneas, que debe su color a la presencia de impurezas como minerales de hierro u óxidos. Su proceso de obtención y composición mineral también difieren de las dos mencionadas. Asimismo, existen sales “de cocción” con distintos niveles de molienda, que impactan en la textura y solubilidad, pero no en la composición química en sí.

En resumen, aunque la sal de mesa y la sal marina son las presentaciones más comunes y reconocibles, la gama de cloruro de sodio es mucho más amplia. Las diferencias radican no solo en el proceso de obtención, sino también en el grado de refinamiento y las impurezas que se preservan o eliminan, afectando, en última instancia, la textura, el color y la composición mineral de cada tipo. La elección entre una u otra dependerá, además del gusto personal, del tipo de cocina y de las necesidades nutricionales, atendiendo a la presencia de minerales.