¿Qué es mejor, tomar agua mientras comes o después de comer?

¿Agua con la comida? Desmintiendo mitos y brindando por la hidratación

Tomar agua es fundamental para la vida, pero ¿cuándo es el mejor momento para hacerlo, durante o después de comer? La creencia popular ha oscilado entre considerar beneficioso evitar el agua durante las comidas y, por el contrario, defender su consumo en este momento. Afortunadamente, la ciencia nos proporciona una respuesta clara: beber agua mientras comemos facilita la digestión y mejora la absorción de nutrientes.

Al ingerir líquidos durante las comidas, lubricamos el bolo alimenticio, lo que facilita su tránsito por el esófago y su llegada al estómago. Este proceso, esencial para una digestión adecuada, se ve potenciado por el agua, que actúa como un lubricante natural.

Pero las ventajas no terminan ahí. El agua también estimula la producción de jugos gástricos, elementos clave en la descomposición de los alimentos y la absorción de nutrientes. Al promover la segregación de estos jugos, el agua optimiza el proceso digestivo, permitiéndonos aprovechar al máximo los nutrientes presentes en nuestra comida.

Hidratarse durante las comidas no solo beneficia al proceso digestivo, sino que también contribuye a una mejor absorción de nutrientes. Al diluir los nutrientes en el estómago, el agua facilita su paso al intestino delgado, donde son absorbidos y utilizados por nuestro cuerpo.

Es importante destacar que no existe evidencia científica que respalde la creencia de que beber agua durante las comidas diluya los jugos gástricos o dificulte la digestión. Al contrario, la evidencia disponible apunta a que beber agua mientras comemos es una práctica beneficiosa para nuestra salud digestiva y nuestro bienestar general.

En conclusión, no temas al vaso de agua durante tus comidas. Incorpóralo como un aliado para una digestión óptima y una mejor absorción de nutrientes.