¿Qué es un plato estrella?

A ver, ¿qué es eso del “plato estrella”? Siempre me ha fascinado la jerga de la hostelería, ¿no les pasa? Me acuerdo cuando trabajaba en el bar de mi tío, que más que bar era un punto de encuentro, y él siempre hablaba de “la estrella de la casa”.

Bueno, según entiendo, y resumiendo un poco, un plato estrella es ese que te hace el agosto. Vamos, el que la gente pide a rabiar y encima te deja un buen margen de ganancia. ¿No es genial? Piensen en esa paella de marisco que todos aman y que, oye, a la cocina no le cuesta un ojo de la cara hacerla.

Se supone que un plato estrella tiene que ser rentable. ¡Claro! Si no, no sería estrella, sería un dolor de cabeza. Imagínate un plato que requiere ingredientes súper raros, difíciles de conseguir, y encima a un precio altísimo… ¿quién lo iba a querer? No, no. Un plato estrella tiene que ser accesible, atractivo y, sobre todo, delicioso.

Pero, ¿cómo se consigue esa magia? ¿Cómo convertimos un plato normal en una estrella brillante? Ahí está el truco. Quizás es la presentación, quizás es un ingrediente secreto, o a lo mejor es simplemente que te recuerda a la abuela… ¿quién sabe?

Lo que sí sé es que un buen plato estrella te salva el negocio. Te atrae clientes, te da visibilidad y, sobre todo, te permite seguir cocinando, que al final, es lo que importa, ¿verdad?

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