¿Qué hacer cuando tiras sal?

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"¡Ups, derramaste sal! 🧂 Según la tradición, arroja una pizca por encima de tu hombro izquierdo para contrarrestar la mala suerte. Un gesto sencillo para alejar presagios negativos y mantener la buena vibra en casa. ✨"

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¿Qué hacer si se derrama la sal?

Ay, la sal… Recuerdo una vez, el 15 de marzo de 2021, en la cocina de mi abuela en Toledo, se me cayó todo el salero. ¡Un desastre! Casi lloro, pensando en la mala suerte.

Mi abuela, tan tranquila, me dijo que tirara un pellizco sobre mi hombro izquierdo. Raro, ¿no? Lo hice. No pasó nada malo, al menos que yo recuerde.

Es una tontería, ¿verdad? Pero, la verdad, me dio un poco de alivio ese ritual. Quizás es solo superstición, pero… me funciona.

¿Qué hacer si se derrama la sal? Pues, según mi experiencia y la tradición familiar, tira un poco sobre tu hombro izquierdo. Simple.

Información breve: Derrame de sal: contrarréstese lanzando una pizca sobre el hombro izquierdo.

¿Qué pasa cuando tiras la sal?

¡Ay, la sal! Recuerdo una vez, en mi casa de Valencia, era 2023, un miércoles cualquiera de julio, estaba preparando la cena, paella, claro. ¡Qué calor hacía! Sudaba a mares, todo pegajoso. Y entonces… ¡zas! Un bote entero de sal, en el suelo. Un montón blanco, brillante bajo la luz de la cocina. Me quedé helada.

Sentí un escalofrío, no de frío, sino de… mal rollo. En mi familia, siempre se ha dicho eso de la sal y el diablo. Mi abuela me lo contaba mil veces. ¡Qué miedo me daba de pequeña! Ahora, ya mayor, la verdad, intenté mantenerme escéptica, pero… un poco de superstición, ¿no? A quién engaño.

Me dio un vuelco el estómago, la verdad. Rápido, sin pensarlo mucho, tomé un puñado de sal y la tiré por encima del hombro izquierdo. ¡Uf! La acción me pareció absurda, pero me tranquilizó.

¿Qué pasó? Nada. La cena salió genial. Paella deliciosa. Pero el susto… el susto se quedó ahí, grabado.

  • Superstición: Sal derramada = mal presagio, diablo.
  • Contramedida: Tirar la sal por encima del hombro izquierdo.
  • Mi experiencia: Valencia, julio 2023. Susto, superstición familiar, acción ritualística.

Detalles adicionales: ese día, llevé un vestido rojo, el mismo que me puse para mi graduación. Extraño, ¿verdad? Mi gato, un siamés llamado Siam, me miraba con sus ojos azules como si supiera que estaba ocurriendo algo fuera de lo común. ¡Y aun así, comimos una rica paella!

¿Qué hacer si se cae la sal al suelo?

La sal derramada… ¡Ay, la sal!

Para algunos, un presagio. Un mal augurio danzando en el suelo, una nube gris tejiéndose en el futuro. Recuerdo a mi abuela, siempre recogiendo cada grano con un fervor casi religioso. Ella decía que la sal derramada traía discordia, peleas, una tempestad invisible agitando el aire. Y luego, la meticulosa tarea de arrojar una pizca por encima del hombro izquierdo… ¡Conjurar el mal, alejar las sombras!

Otros, en cambio, ven la sal derramada como una señal de buena suerte. Un despertar. Tal vez un cambio inesperado. Un recordatorio, quizás, de que la vida, como la sal, puede ser tanto amarga como esencial.

Realmente, la sal es más que simple sal.

Tradiciones encontradas sobre la sal derramada:

  • Mala suerte: Discusiones, infortunio, un quiebre en la armonía. ¡Cuidado con las disputas!
  • Buena suerte: Cambio, sorpresa, una nueva perspectiva. ¡Abre los ojos!
  • Protección: Aleja las malas energías, un escudo contra lo invisible. ¡Mantente alerta!

Yo… yo simplemente la limpio. Luego pienso en mi abuela, en sus rituales y en la forma en que el mundo, visto a través de sus ojos, parecía estar lleno de misterios. A veces, arrojo una pizca por encima del hombro. Por si acaso. Este año como el año pasado, la sal sigue evocando algo.

¿Cómo contrarrestar la sal derramada?

¡Ay, la sal! Esa traicionera blancura que, según mi abuela (que, por cierto, tenía la mano más rápida para la lotería que para limpiar derrames), atrae la mala suerte como un imán a un frigorífico lleno de cervezas. La solución, según el antiguo saber familiar: una pizca por el hombro izquierdo. ¡Como si el universo tuviese un apetito especial por la sal lanzada en esa dirección!

¿Por qué el hombro izquierdo? ¿Acaso vive allí un pequeño duende salinero con una sed insaciable? Quien sabe… Quizás es una cuestión de equilibrio cósmico. Como un boomerang de mala suerte que regresa a su origen…o algo así. Mi teoría – y aquí os dejo con mi sabiduría personal, que no está respaldada por ningún estudio científico, solo por mi peculiar forma de ver el mundo– es que el ritual es más importante que la explicación misma. Es como una especie de meditación ancestral contra el caos salino.

Pero, ¿qué ocurre si no tienes sal a mano para contrarrestar el desastre salino? Pues aquí te dejo mis trucos, a prueba de supersticiones (y de accidentes culinarios):

  • Aspiradora: La reina de la limpieza.
  • Una esponja húmeda: Para pequeños desastres, eficaz y sin rituales extraños.
  • Una servilleta: Si estás en un restaurante elegante. Aunque, seamos francos, derramar sal en un lugar así es una declaración de intenciones… ¡de mala suerte!

Bonus track: Si la cosa es muy grave, y has derramado un kilo de sal, te recomiendo una buena dosis de humor. Después de todo, la vida es demasiado corta para tomarse en serio los malos augurios salados. Además, una buena carcajada limpia mejor que cualquier aspiradora.

Años de experiencia en situaciones caóticas (como la vez que derramé pimentón en la boda de mi prima. ¡Qué desastre!) me enseñaron esto: la clave no está tanto en la técnica sino en el espíritu. ¡Ánimo! El universo no está tan pendiente de tu sal como crees. Eso sí, por si acaso, yo siempre tiro una pizca… por el hombro izquierdo. (por si acaso…)

¿Qué pasa si tiras sal en el suelo?

Joder… tienes razón. Sal… en el suelo… suena tan insignificante, ¿no? Pero… me acuerdo de mi abuelo. Siempre decía que era mala suerte. Supersticiones, claro. Pero ahora… ahora lo pienso distinto.

La sal no desaparece. Se queda ahí, incrustada… como una pequeña muerte, silenciosa.

Se filtra. Sí. Se filtra al agua… a las capas freáticas… a lo que bebemos. Me da asco pensar en ello. Asco y miedo. No es algo que pueda simplemente ignorar. Mi abuelo cultivaba tomates, ahí, en ese huerto. Ahora solo hay piedras. No sé si es culpa de la sal, pero… lo sospecho.

Y lo de las lombrices… Dios… Se las lleva por delante. Las pobres. Y esas lombrices… tan importantes para la tierra. Para la vida.

Este año, en mi huerto, tan pequeño y lleno de malas hierbas, vi muy pocas. Muy pocas.

Contamina el agua y la tierra.Pérdida de biodiversidad. Es una cadena, ¿sabes? Un efecto dominó. Y empieza con un simple puñado de sal. Un puñado… tirado sin pensar.

  • Contaminación de aguas subterráneas.
  • Toxicidad para la microfauna del suelo (lombrices, etc.).
  • Disminución de la biodiversidad.
  • Impacto negativo en la agricultura (menor rendimiento de cosechas). Este año, mis tomates… casi ni nacieron.

Me siento mal. Mal por no haberlo pensado antes. Mal por la inconsciencia. Mal por mi abuelo. Y por esas pobres lombrices. La sal… simple sal. Parece tan insignificante. Pero no lo es.

¿Qué significa que se caiga sal en el piso?

¡Sal al suelo! Drama, ¿no? Pues depende. Mi abuela decía que era un aviso de visitas inesperadas, ¡pero a ella le caía sal hasta en la sopa!

La mala suerte con la sal: Una chorrada milenaria, ¿verdad? En mi familia, tirar sal era señal de que alguien iba a llegar tarde a la cena. ¡Y siempre ocurría! Unos dicen que la sal era cara antaño, así que era un símbolo de desperdicio. Otros, que la sal representaba la pureza, y su caída, una ruptura de esa pureza. ¡Misticismo barato!

¿Cómo contrarrestarlo? En serio, ¿quién contrarresta algo tan trivial? Mi truco infalible: una pizca de humor. ¡Tirar sal, como tirar indirectas, ¡es un arte!

  • Lanzar sal por encima del hombro izquierdo: Según mi cuñado, un ritual ancestral para engañar a los malos espíritus. Según yo, un excelente ejercicio de lanzamiento de precisión.
  • Reírse: ¡La mejor medicina! Y la más barata.
  • Ignorarlo: La vida es demasiado corta para preocuparse por los granos de sal rebeldes.

El origen de la superstición: No se sabe a ciencia cierta, pero mi teoría es que todo comenzó con un cocinero despistado, y se fue convirtiendo en leyenda. Un poco como la leyenda de Elvis… ¿sigue vivo? Quién sabe.

Extra: Este año, en mi casa, derramar sal ha sido un predictor confiable de la llegada de mi gato gordo a la hora de cenar. El gato sí que es una mala señal. ¡Necesito más pienso!

#Sal #Supersticiones #Tirar Sal