¿Qué se le echa al hielo para que dure más?

El Secreto para un Hielo Inquebrantable: La Sorprendente Clave del Agua Caliente

En la búsqueda perpetua de la bebida perfectamente fría o la nevera portátil que mantenga nuestros alimentos frescos durante más tiempo, el hielo se convierte en nuestro fiel aliado. Pero, ¿quién no ha sufrido la frustración de ver esos cubitos desaparecer a velocidad alarmante, diluyendo el sabor y poniendo en riesgo la frescura de nuestros víveres?

Olvídese de soluciones complejas o aditivos extraños. El secreto para un hielo de larga duración es sorprendentemente sencillo y accesible: ¡el agua caliente!

Sí, ha leído bien. La paradoja de utilizar agua caliente para crear hielo que dure más tiempo ha desconcertado a muchos, pero la ciencia detrás de este truco es sólida y fácilmente comprensible.

¿Por qué funciona?

El truco reside en la presencia de burbujas de aire disueltas en el agua. El agua del grifo, incluso la embotellada, contiene una cantidad considerable de aire disuelto. Cuando congelamos agua sin tratar, estas burbujas se congelan en el interior del hielo, creando pequeñas imperfecciones y micro-fracturas que lo hacen menos denso y más propenso a derretirse rápidamente.

Aquí es donde entra en juego el agua caliente. Al hervir el agua antes de congelarla, logramos un efecto clave: la reducción drástica de la cantidad de aire disuelto. El calor facilita la liberación de estas burbujas, dejando un agua mucho más pura y lista para congelarse.

El resultado es un hielo más denso, con menos imperfecciones internas. Esta mayor densidad implica que necesita más energía para derretirse, lo que se traduce en una vida útil mucho más prolongada.

Beneficios de utilizar agua caliente para hacer hielo:

• Mayor Duración: Cubitos de hielo que resisten más tiempo en sus bebidas, manteniendo la frescura sin diluir el sabor.
• Ideal para Neveras Portátiles: Mantenga sus alimentos y bebidas fríos durante más tiempo en excursiones, picnics o acampadas.
• Hielo más Transparente: La ausencia de burbujas crea un hielo visualmente más atractivo, con una apariencia cristalina.
• Sencillo y Económico: No necesita aditivos ni equipos especiales, solo agua, una olla y el congelador.

Cómo hacerlo paso a paso:

1. Hierva el agua: Lleve el agua a ebullición en una olla.
2. Deje enfriar: Permita que el agua se enfríe ligeramente antes de verterla en las bandejas de hielo. No es necesario que se enfríe por completo, pero evite verterla hirviendo en las bandejas, especialmente si son de plástico.
3. Congele: Coloque las bandejas en el congelador y espere a que el agua se congele por completo.
4. Disfrute: ¡Ya está! Disfrute de un hielo más duradero y eficiente.

La próxima vez que prepare sus bebidas para una fiesta o planifique una escapada al aire libre, recuerde este sencillo pero efectivo truco. El agua caliente, paradójicamente, es la clave para un hielo que permanece frío por más tiempo, asegurando una experiencia más placentera y refrescante. No subestime el poder de un pequeño cambio en su rutina; ¡la diferencia en la duración de su hielo será notable!