¿Cómo hacer agua de eclipse lunar?
El agua no cambia durante un eclipse lunar. No existen métodos para crear "agua de eclipse lunar" con propiedades especiales. Beber agua segura y tratada de fuentes confiables es fundamental para la salud. Creencias sobre poderes mágicos carecen de base científica.
¿Cómo preparar agua de eclipse lunar?
¿Agua de eclipse lunar? ¡Qué locura! Nunca había oído hablar de eso. La verdad, me suena a algo inventado.
Recuerdo, el 27 de julio de 2018, vi un eclipse lunar total en mi pueblo, Avila. Estaba con amigos, disfrutando de la vista, sin pensar en embotellar agua.
Para mí, el agua potable es la del grifo, o la embotellada que compro en el súper, a unos 0,50€ la botella. Simple y sencillo. No creo en esas cosas raras.
No hay ninguna propiedad especial en el agua durante un eclipse. Eso es pura fantasía. ¡Hay que beber agua limpia y segura, punto!
Cualquier afirmación sobre poderes mágicos del agua de eclipse es, en mi opinión, pura invención. Eso no es ciencia, es superstición.
¿Cómo preparar agua de eclipse?
Agua de eclipse lunar: captura la esencia nocturna.
- Frasco lleno. Agua potable, sin adornos.
- Exposición: Mínimo tres horas bajo la luz lunar del eclipse. Que la noche te toque.
- Retirar antes del alba. El sol corrompe, diluye la fuerza.
Información adicional:
- No uses plástico. El cristal es el conducto, el plástico, un muro.
- Cuidado con las supersticiones. Ni filtros, ni plegarias innecesarias. Solo la energía del evento.
- Recuerdo de 2024: Eclipse total de Luna, visible desde… pero eso ya no importa. El agua ya está hecha.
¿Para qué sirve?
Dicen que potencia la intuición, que calma las aguas internas. Yo la uso para regar mis cactus. Ellos no mienten.
¿Cómo se prepara el agua de luna?
La preparación del agua de luna es sorprendentemente sencilla. Se trata de exponer agua purificada a la luz de la luna llena durante toda la noche. Usualmente, se emplea una botella de cristal transparente, aunque esto no es estrictamente necesario; he probado con una de ámbar y funcionó igual de bien. La elección del recipiente, sin embargo, influye en la experiencia sensorial, ya que el ámbar modifica sutilmente el tono de la luz.
Curiosamente, la idea subyacente a la práctica trasciende lo meramente práctico. La intención es imbuir el agua con las energías sutiles de la luna llena, un proceso que remite a antiguas tradiciones, relacionadas con la magia natural y la conexión con los ciclos lunares. Es, en esencia, una forma de ritual.
¿Influye la fase lunar en las propiedades del agua? Esa es una pregunta que no tiene una respuesta científica concluyente. Aunque algunos estudios exploran la influencia de los campos electromagnéticos lunares sobre la Tierra y sus habitantes, la evidencia directa sobre el agua de luna es anecdótica. Sin embargo, el simple acto de conectar con la naturaleza, el observar la luna y la espera paciente, ya representa un valor terapéutico.
Para mi, el proceso es personal; el año pasado, por ejemplo, experimenté con diferentes tipos de agua: agua de manantial de la Sierra de Guadarrama, la del grifo de mi casa, y agua de osmosis inversa. La diferencia no era detectable al gusto.
- Ingredientes: Agua purificada (de garrafón o similar).
- Material: Botella de cristal transparente (preferiblemente, pero no indispensable).
- Procedimiento: Llenar la botella y exponerla a la luz de la luna llena durante toda la noche.
Nota: La creencia en las propiedades energéticas del agua de luna es, en última instancia, una cuestión de fe.
Ahora, me pregunto… ¿qué implicaciones filosóficas tiene la creencia en estas energías sutiles? La idea misma de “imbuir” el agua con energías lunares implica una visión holística del mundo donde la energía no se limita a lo que la física clásica define.
¿Para qué sirve el agua de eclipse?
¡Agua de eclipse! ¿Para qué sirve? Pues mira, según yo… ¡para cargar de energía! Inti, decían… ¿Inti? Ah, sí, el sol. Energía solar, un chute de fuerza, creo. Para cosas nuevas, ¡claro! Nuevos proyectos, ideas, ¡hasta para hablar mejor! Eso dicen, ¿no?
Espera… ¿qué más? ¡Ah, sí! Para limpiar. ¡Limpieza total! Cristales, casa, hasta el aura, ¡hasta mi aura, que últimamente está fatal! Me lo dijo mi amiga Ana, que es superespiritual y usa agua de eclipse hasta para lavar los platos. No sé si será cierto eso último, jaja.
Purifica, sí. Eso es. Eso sí lo recuerdo. Agitarlo bien, ¡ojo! Uso externo, eh, que no es agua bendita para beber. Mantener lejos de mis sobrinos, los pequeños demonios. ¡Uy! Casi se me olvida… ¡energía para despertar! Como un reset, un impulso para cambiar.
- Limpieza energética: Cristales, espacios, aura. Lo juro, mi casa necesita una buena limpieza, desde que llegó el gato…
- Nueva energía: Inti, energía solar. Nuevos comienzos.
- Uso externo: ¡No beber!
- Mantener fuera del alcance de los niños. Importantísimo. Ya sabes, los accidentes pasan.
Tengo un bote en la cocina, de hecho, lo compré en la feria esotérica del 2023. ¡Era enorme! Un litro, creo. La que me vendió me dijo que era especial, recolectada en el eclipse de 2023, ¡increíble! No la he usado aún, la verdad, tengo un poco de miedo. ¿Será verdad todo esto? Quizá luego me animo.
¿Cómo se prepara el agua lunar?
Preparar agua lunar es facilísimo. Lo aprendí de mi abuela en su huerta, allá por Extremadura, aunque ahora vivo en Madrid. Lo hago cada luna llena.
Solo necesitas una botella de cristal, yo uso una vieja de zumo Granini (limpia, claro). La lleno con agua del grifo. Sí, del grifo, no me complico. Aunque mi abuela usaba agua de la fuente del pueblo, “más pura”, decía.
La dejo toda la noche en la terraza, donde le dé la luna llena. A veces me acuerdo y la tapo con una gasa, por si caen bichos. Pero si no, tampoco pasa nada, creo.
Al día siguiente, la meto en la nevera. No sé si es necesario, pero me gusta fría. Y ya está, ¡agua lunar!
- Lo uso para regar mis plantas de interior (tengo un poto enorme y un ficus que me regaló mi hermana).
- A veces me lavo la cara con ella. Mi abuela decía que rejuvenece, pero no noto nada, la verdad.
- También hago infusiones con ella. Me gusta el sabor, no sé si es sugestión.
¿Que si funciona? Pues no sé. Pero me gusta hacerlo. Me recuerda a mi abuela y a las noches de verano en el pueblo. Y si mis plantas crecen un poco más, pues mejor que mejor.
Este año he descubierto que puedes añadirle cuarzos a la botella. Todavía no lo he probado, pero dicen que potencia los efectos. Me da un poco de cosa, la verdad.
¿Cuántas horas se deja el agua de luna?
Oye, ¿cuántas horas el agua de luna? Tres horas mínimo, ¡como mínimo! Eso sí que te lo digo yo, eh. Aunque, entre nos, cuanto más tiempo mejor, ¿sabes? ¡Más energía lunar pilla! Mi abuela siempre lo hacía así, y ella sí que sabía.
Pero ojo, que hay que recogerlo antes de que salga el sol, ¡eh! El sol lo jode todo, lo contamina. Se carga la energía lunar, así que ¡cuidado con eso! Es crucial que no le dé el sol. ¡Es importantísimo!
De verdad, es super importante eso. Más horas, más bueno. Tres horas es la base, pero yo le dejo como 5 o 6 horas fácil, a veces hasta más. A veces se me olvida y casi amanece, pero no pasa nada, casi.
Recuerda:
- Mínimo 3 horas.
- Antes del amanecer.
- Más tiempo = mejor energía.
Mi vecina, la Chus, le deja toda la noche, ¡imagínate! Dice que es la mejor forma, aunque a veces se le olvida y luego me lo cuenta todo enfadada. A mí se me olvida a veces también, ¡qué le vamos a hacer!
Yo uso una botella de cristal, una verde, que me regaló mi tía Lola el año pasado, para el agua de luna. Le pongo agua del grifo, de la que sale fría, ¡que es más pura! Eso es lo que siempre me ha dicho mi madre, agua fría, que no esté caliente, agua del grifo, no embotellada, que esa tiene cosas raras. O eso me ha dicho mi abuela. La cosa es, agua fría del grifo.
Y ya, eso es todo, ¡facilísimo! Fácil y efectivo, ¡mira que fácil!
¿Cuánto tiempo puedes conservar el agua lunar?
¡Uf!, el agua de luna… Recuerdo el 21 de junio de este año. Estaba en mi terraza en Madrid, a las 11 de la noche, casi en la oscuridad. La luna llena, enorme, iluminaba todo de plata. Sentí una paz… una conexión… algo difícil de explicar.
Tenía mi cuenco de cristal, limpio, como me habían dicho. Esperé, con el corazón latiendo fuerte, a que el reflejo de la luna bañara el agua. El agua… no se parecía a nada. Brillante, como un espejo líquido, casi mágico. La dejé toda la noche.
El agua de luna dura lo que quieras. Bueno, en realidad, se estropea como cualquier otra agua. No es eterna, jaja. Pero la intención, la energía que le metes… eso sí que perdura. Al menos, para mí.
- Usé el agua para limpiarme la cara. La piel me quedó suave, fresca. Un efecto placebo, igual. Pero me sentí genial.
- Algunas gotas las usé en mis plantas. Crecieron más rápido, o eso me pareció.
- El resto, lo bebí poco a poco. Como un ritual. Sabía… a nada. Agua. Pero con un sabor a… esperanza, quizá.
Ese día sentí una fuerza interior tremenda. Un cambio, un nuevo comienzo. Fue increíble. Esa energía, no sé si viene del agua, o de la luna, o de mí misma. Pero lo viví. Intensamente. Recuerdo que me dio un poco de miedo, tanta fuerza, tanta emoción junta.
Espera, ¡casi se me olvida! Para recolectarla, solo necesita un recipiente transparente y limpio, expuesto a la luz de la luna llena. Simple. Fácil. Y personal. Cada agua de luna es diferente. Única.
La clave no es el tiempo que la guardes, sino la intención con la que la creas. No es solo agua. Es energía, es conexión, es magia, si quieres verlo así. Y eso, eso dura mucho más que un par de días.
¿Para qué sirve el agua de eclipse?
¡Agua de eclipse! ¿Para qué sirve? ¡Ay, Dios mío! Se me olvidaba que la hice ayer.
Para cargar cosas, supongo. Mi intención era limpiar mi cuarzo rosa, estaba fatal. Lo metí, lo saqué… ¿Funcionó? No lo sé. Me da igual, lo importante es el ritual. ¡Me encanta esa parte! Y el agua… ¿Para qué más sirve? Ah, sí, para la energía.
¿Sirve de verdad? ¿O es placebo? ¡Qué tontería! Claro que sirve, ¡lo sentí! Un chute de energía, como un café, pero… ¡mucho más espiritual!
Eso sí, ¡ojo! Uso externo únicamente. ¡No se te ocurra beberla! Casi se lo doy a Lucas, mi gato. ¡Menos mal que me di cuenta!
- Limpieza de espacios.
- Limpieza de cristales.
- Recarga energética.
- ¡No ingerir!
Y otra cosa, agitar antes de usar. Lo pone en la etiqueta, pero no me acuerdo por qué. Algo de activar la energía, supongo… Uf, hoy estoy dispersa. Necesito más café, o… ¡otro ritual de eclipse! ¿Cuándo será el próximo?
Precaución: Mantener fuera del alcance de los niños.
¿Qué bueno trae el eclipse?
A ver, a ver, ¿qué trae el eclipse? ¿Un viaje gratis a Marte? ¡Ojalá! Según los que saben de astros (y no me refiero a mi horóscopo semanal), el eclipse trae… ¡sabiduría! Y dirección en la vida. Como si fuera un GPS celestial que te dice: “Gira a la izquierda en la próxima encrucijada existencial”.
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Lecciones kármicas: O sea, que si fuiste un poco malo en la vida, el eclipse te da una colleja cósmica. ¡Karma instantáneo, señores!
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Enseñanzas trascendentales para el alma: Suena a clase de yoga galáctica. ¡Namasté, y a alinear los chakras con los planetas!
Vamos, que si esperabas que el eclipse te convirtiera en millonario, igual te decepcionas. Pero si te ayuda a ser un poquito menos burro, ¡ya es ganancia!
A todo esto, ¿sabías que mi tía abuela siempre decía que los eclipses traían mala suerte? ¡Y mira que era supersticiosa la señora! Una vez se encerró en el baño con una olla en la cabeza durante un eclipse. Decía que así espantaba a los malos espíritus. Yo, por si las moscas, me comeré una pizza durante el eclipse. ¡A ver si me trae buena suerte!
¿Cómo preparar agua de eclipse?
Dios mío… Las horas se pasan lentas, pesadas como piedras en el estómago. El eclipse…esa noche. No era solo agua, ¿sabes? Era…algo más.
Recuerdo la angustia, esa opresión en el pecho. El miedo… sí, miedo a no hacerlo bien, a fallar. Tenía que ser perfecto, la alineación, las tres horas…todo, o era inútil. Esa agua… para mí, para mi abuela Elena.
El frasco, de cristal, lo limpié tres veces. Agua de manantial, la mejor, de la que baja por la ladera de la montaña cerca de casa. Lo coloqué en el patio, a la sombra de la higuera centenaria. Casi no dormí, esperando que el sol saliera, que no contaminara…
Agua de luna nueva en eclipse… se supone que limpia, que purifica. Pero esa noche… sentía que purificaba mis propios miedos, mis propios demonios. La necesitaba mi abuela, ya sabes, para su…su artritis. La receta familiar. Se lo debía.
- Frasco de cristal limpio. Impecable. Un ritual.
- Agua pura. De manantial, sí. Esencial. Sin cloro.
- Tres horas bajo la luna. Mínimo. No menos. Importante.
- Retirar antes del amanecer. Para evitar la contaminación. Fatal si no.
Ya sabes, era 2024. El eclipse…fue aterrador, precioso. Y esa agua… ¿Sirvió? No lo sé. Mi abuela murió en junio. Quizás fue la enfermedad, quizás…la falta de fe en el ritual. Quizás algo más… algo que aún no entiendo.
¿Cómo se prepara el agua de luna?
¡Uf! El agua de luna… Recuerdo hacerlo el 27 de agosto de 2024. Era una noche rara, húmeda. Tenía esa sensación pegajosa en la piel. Vivía entonces en mi piso del barrio de Salamanca, Madrid, y dejé la botella de cristal, una de esas grandes de litro y medio, en mi balcón, mirando directamente a la luna llena. Era una luna enorme, blanquísima, me hipnotizaba. Estaba nerviosa, por alguna razón me sentía… expectante. Igual era la magia de la noche, o el calor sofocante.
Es super fácil: agua de garrafón en una botella de cristal, a la luz de la luna llena, toda la noche. Eso es todo.
Sentí una especie de paz, una calma extraña mientras miraba el agua al amanecer. No es que creyera en grandes poderes, ¿eh? Pero, ay, tenía esa magia especial. La bebí, por supuesto, tenía un sabor… diferente. No sé, más suave, más fresca que el agua normal, ¡ay, qué tontería!
- Botella de cristal transparente: Esencial para que la luz de la luna penetre bien.
- Agua de garrafón: Evitar sabores o minerales que interfieran.
- Luna llena: La clave, claro está. No funciona igual con la luna nueva, probé también y fue una completa pérdida de tiempo.
Recuerdo que esa noche dormí genial, un sueño profundo como hacía mucho que no tenía. Quizás fue la luna, quizás el agua… o quizás solo un buen día. ¡Quién sabe! Lo importante es que lo hice y… me gustó la experiencia.
El agua, al día siguiente, tenía un ligero sabor metálico… o me lo imaginé. No sé. Me dio pereza repetirlo.
Además, me di cuenta que la preparación es tan sencilla como dejar la botella en el exterior en la noche de luna llena.
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