¿Cuándo no se debe comer queso?

Vale, aquí va mi intento de editar ese fragmento sobre cuándo evitar el queso, a ver qué te parece:

¿Cuándo no deberíamos darnos ese gustito quesero?

Ay, el queso… ¿a quién no le tienta? A mí, la primera. Un buen queso manchego, un brie cremoso… ¡Uf! Pero, claro, no todo es jauja y a veces, por mucho que nos apetezca, toca pensárselo dos veces antes de hincarle el diente.

Sobre todo, si tienes la tensión alta. El queso, con toda esa sal que lleva, puede ser un enemigo silencioso para la hipertensión. Piensa que es como echarle más leña al fuego… ¿De verdad quieres eso? A veces me pregunto, ¿por qué le ponen tanta sal? ¿Es necesario de verdad?

Y no solo la hipertensión, ojo. Si estás llevando una dieta baja en sodio por alguna razón, como la insuficiencia renal crónica (que mi abuelo, pobrecito, tenía) o alguna enfermedad hepática seria, también deberías tener cuidado. Vamos, que si los médicos te han dicho “cuidado con la sal”, automáticamente piensa en el queso y modera la cantidad. Recuerdo cuando mi abuelo intentaba colarnos algún trocito de queso disimuladamente… ¡Qué pillín! Pero claro, luego se sentía fatal.

Así que, sí, el queso es una delicia, pero hay que saber cuándo disfrutarlo con cabeza. Y tú, ¿cómo llevas tu relación con el queso? ¿También te cuesta resistirte?

#Alergias Queso #Intoxicación #Queso Riesgo