¿Dónde se localizan los sabores en la lengua?

Localización de los sabores en la lengua: mitos y realidades

Durante mucho tiempo, la creencia popular ubicaba los diferentes sabores en zonas específicas de la lengua. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que esta percepción es más compleja y que la distribución de los receptores gustativos es más uniforme de lo que se pensaba.

El mito de la lengua “cartografiada”

La noción tradicional dividía la lengua en áreas distintas: la punta para el dulce y el salado, la parte posterior para el amargo, los lados para el ácido y el umami. Esta idea estaba respaldada por mapas gustativos que representaban estas supuestas zonas de sabor.

Evidencia científica

Estudios científicos han desafiado esta visión simplista. Utilizando técnicas avanzadas como la tomografía por emisión de positrones (PET) y la resonancia magnética funcional (fMRI), los investigadores han descubierto que:

• Los receptores gustativos para todos los sabores (dulce, salado, amargo, ácido y umami) están presentes en toda la superficie de la lengua.
• La densidad de los receptores varía ligeramente, con algunas áreas más sensibles a ciertos sabores que otras.
• Sin embargo, esta variación no es lo suficientemente significativa como para crear zonas de sabor claramente definidas.

Distribución uniforme de los receptores

La investigación ha demostrado que los receptores gustativos se distribuyen de manera relativamente uniforme en las papilas gustativas, proyecciones microscópicas que cubren la lengua. Estas papilas contienen células gustativas que detectan los diferentes sabores y envían señales al cerebro.

Factores que influyen en la percepción del sabor

Si bien la distribución de los receptores gustativos es relativamente uniforme, varios factores pueden influir en nuestra percepción del sabor, que incluyen:

• Temperatura: Las temperaturas extremas pueden alterar la sensibilidad de los receptores gustativos.
• Textura: La textura de los alimentos puede liberar diferentes compuestos que interactúan con los receptores gustativos.
• Olfato: El sentido del olfato también juega un papel en la percepción del sabor, ya que los aromas pueden estimular o suprimir los receptores gustativos.

Conclusión

La creencia tradicional de que los sabores se localizan en zonas específicas de la lengua es una simplificación excesiva. La investigación científica ha demostrado que los receptores gustativos se distribuyen de manera más uniforme, con variaciones sutiles en la sensibilidad. Esta distribución uniforme permite que disfrutemos de una amplia gama de sabores en toda la lengua.