¿Qué alimento es más saludable que los huevos?

¿Qué alimento es MÁS saludable que los huevos? ¡Ay, qué pregunta tan difícil! A mí, que adoro un buen revuelto con pan tostado, casi me da algo solo de pensarlo. Pero bueno, hay que ser realistas, ¿no? Uno no puede vivir solo de huevos, aunque a veces me lo planteo seriamente… ¡qué ricos están!

Buscando alternativas, porque claro, la variedad es la madre de la ciencia, y también de la salud, ¿verdad?, me encontré con un montón de opciones. Y sí, se que hay estudios y estadísticas por ahí, sobre proteínas y nutrientes y todo eso… pero a mí, lo que me importa es sentirme bien, con energía, ¿sabes?

Así que, empecé a experimentar. Las legumbres, por ejemplo, ¡qué descubrimiento! Recuerdo la primera vez que hice un estofado de lentejas con verduras… una delicia. De verdad que me sentí súper llena, con una sensación de satisfacción que no me daba un simple desayuno con huevos. Y los frijoles negros, en una ensalada, ¡un gustazo! No tienen nada que envidiarle a los huevos, créeme.

Luego está la quinoa, que para ser sincera, al principio me daba un poco de pereza. ¡Parecía tan… rara! Pero la probé en una ensalada, con un poco de tomate y pepino, y me sorprendió lo rica que estaba. Es cierto que no es el sabor más intenso del mundo, pero llena un montón y es super nutritiva. ¡Hasta mi abuela, que es de las que “se comen lo de siempre”, la ha adoptado!

Las carnes, claro… El pollo a la plancha, una buena pieza de pescado al horno… Opciones hay para aburrir. Recuerdo esa vez que hice un salmón al horno con espárragos… ¡delicioso! Mucho más sano y ligero que un desayuno con huevos fritos, ¿no te parece? Pero bueno, cada cual tiene sus gustos.

En fin, que lo importante es variar, ¿verdad? No se trata de demonizar los huevos, ¡que me encantan! Sino de encontrar un equilibrio, de probar cosas nuevas, de enriquecer nuestra dieta. Y aunque los estudios digan que no hay un “más saludable” en términos absolutos, sí que podemos asegurarnos de tener una dieta variada y rica en proteína. Y eso, amiga o amigo lector, es clave. Al menos, eso creo yo, después de todo este rollo… ¡y de mis propias experiencias!