¿Qué alimentos alivian la gastritis?

¡Ay, la gastritis… esa pesadilla recurrente! ¿Quién no ha sentido ese ardor, esa acidez que te consume por dentro? Uf, yo la he sufrido, y ¡vaya que la he sufrido!

Personalmente, mi salvación es… la manzana. Sí, así de simple. ¿Será su textura suavecita, ese dulzor natural que no empalaga? No sé, pero es como un bálsamo para mi estómago rebelde. Recuerdo una vez, en un viaje a la sierra, me dio un ataque terrible de gastritis. Estábamos en medio de la nada, sin farmacia a la vista. Afortunadamente, ¡una señora del pueblo tenía manzanas! No sé qué hubiera hecho sin ella y sus manzanas milagrosas.

La papaya también me va bien, aunque confieso que me gusta más en batido. Será que así siento que es más fácil de digerir, ¿no creen? El plátano… bueno, el plátano entra en la categoría de “ayuda, pero poquito”. No es mi superhéroe contra la gastritis, pero ahí está, cumpliendo su función.

Pero, ¡ojo con esto! Aquí viene la parte importante y que a veces olvidamos: ¡cada cuerpo es un universo aparte! Lo que a mí me calma, a mi prima le inflama. Lo que a mi vecino le produce gases, a mí me sienta de maravilla. Es como la ropa, ¿no? Una talla M a uno le queda perfecta y a otro le queda apretada o floja.

Así que mi consejo, desde la experiencia de una “gastritis survivor”, es ir probando poco a poco. Empieza con pequeñas cantidades y observa cómo reacciona tu cuerpo. No te guíes solo por lo que lees en internet, ¡escúchate a ti mismo! ¿Te sientes mejor después de comer papaya? ¡Genial! ¿La manzana te da acidez? ¡A descartarla!

Al final, la clave está en encontrar tus propios “alimentos anti-gastritis”. Y si te equivocas, ¡no pasa nada! Todos nos equivocamos alguna vez. Lo importante es seguir buscando, seguir probando y, sobre todo, ¡seguir escuchando a nuestro cuerpo! Que él, al final, siempre tiene la razón.

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