¿Qué alimentos causan gastroenteritis?

La Gastroenteritis: Un Enemigo Silencioso en el Plato

La gastroenteritis, comúnmente conocida como “gripe estomacal”, es una inflamación del estómago y los intestinos que provoca síntomas desagradables como náuseas, vómitos, diarrea, calambres abdominales y, en ocasiones, fiebre. Aunque a menudo autolimitada, puede ser debilitante y, en ciertos grupos de población (niños pequeños, ancianos, personas con sistemas inmunitarios comprometidos), representar un riesgo significativo para la salud. Pero, ¿qué alimentos son los principales culpables detrás de este malestar? Comprender esto es crucial para prevenir su aparición.

Contrariamente a la creencia popular de que cualquier alimento en mal estado puede causarla, la gastroenteritis suele estar asociada a la ingestión de ciertos alimentos contaminados con patógenos, principalmente bacterias, virus o parásitos. Estos agentes infecciosos pueden sobrevivir y multiplicarse en los alimentos, causando la enfermedad una vez ingeridos.

Los principales sospechosos en nuestra mesa:

• Mariscos crudos o poco cocidos: Ostras, mejillones, almejas y otros mariscos son criaderos naturales de bacterias como Vibrio parahaemolyticus y Vibrio cholerae. El consumo de estos productos crudos o mal cocidos incrementa considerablemente el riesgo de gastroenteritis. Es fundamental optar por mariscos frescos y bien cocidos, asegurándose de que alcancen una temperatura interna adecuada.

• Frutas y verduras sin lavar: La piel de las frutas y verduras puede albergar bacterias como Salmonella y E. coli, provenientes de la tierra, el agua o la manipulación inadecuada. Un lavado concienzudo con agua potable antes de su consumo es indispensable. En el caso de verduras de hoja verde, considerar un enjuague adicional con una solución de vinagre diluido puede ser beneficioso.

• Lácteos no pasteurizados: La leche, quesos y otros productos lácteos no pasteurizados pueden contener la bacteria Listeria monocytogenes, responsable de listeriosis, una forma grave de gastroenteritis, especialmente peligrosa para mujeres embarazadas. La pasteurización elimina estos patógenos, garantizando la seguridad del producto.

• Carnes y huevos insuficientemente cocidos: Carnes rojas, aves y huevos poco cocidos pueden contener Salmonella, Campylobacter y otras bacterias que causan diarrea, vómitos y fiebre. Asegurarse de que la carne alcance la temperatura interna adecuada y los huevos estén bien cocidos es vital para prevenir la contaminación.

• Jugos no pasteurizados: Al igual que los lácteos, los jugos no pasteurizados pueden albergar bacterias patógenas. Optar por jugos pasteurizados o prepararlos en casa con frutas y verduras lavadas minuciosamente es la mejor opción.

Más allá del alimento: La higiene alimentaria, clave para la prevención

Más allá de la selección adecuada de los alimentos, la higiene durante la manipulación es fundamental. Lavarse las manos antes y después de manipular alimentos, cocinar a temperaturas adecuadas, evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos, y refrigerar los alimentos correctamente son medidas cruciales para prevenir la gastroenteritis.

En resumen, la gastroenteritis es una enfermedad prevenible. Prestar atención a la procedencia y manipulación de los alimentos, combinado con una buena higiene alimentaria, es la mejor defensa contra este molesto enemigo silencioso que se esconde en nuestro plato.