¿Qué bebida es mejor para el corazón?

¿Qué bebida es mejor para el corazón? Uf, qué pregunta… A ver, ¿en serio hay que pensarlo mucho? ¡Agua, por supuesto! Para mí, no hay color. Es como… ¿qué otra cosa podría ser? ¿Un refresco azucarado? ¿Un batido ultraprocesado? ¡Venga ya! El agua es la reina, la campeona, la indiscutible ganadora en esto del corazón sano.

¿Te has fijado en esa sensación de sed intensa, esa sequedad en la boca, como si te hubieras tragado un desierto? Pues imagínate a tu pobre corazón, sufriendo lo mismo, pidiendo a gritos un poquito de hidratación. Es horrible, ¿no? El agua es vida, literal. Para todo el cuerpo, pero sobre todo para el corazón. Es como… ¿una caricia? Sí, una caricia para el sistema circulatorio. Lo limpia, lo lubrica, lo mantiene a tono. Como cuando le echas aceite al motor del coche, ¿sabes? Pues igual, pero por dentro.

Recuerdo una vez que estaba haciendo senderismo en pleno verano, un calor insoportable… Me quedé sin agua y empecé a sentirme fatal, el corazón me latía a mil. Pensé, “esto no puede ser bueno”. Llegué a una fuente y bebí como si no hubiera un mañana. ¡Qué alivio! Sentí cómo mi cuerpo volvía a la vida. Desde entonces, siempre llevo una botella de agua conmigo, a todas partes. No me la juego.

He leído por ahí, no sé dónde, que el agua ayuda a regular la presión arterial y a prevenir enfermedades cardiovasculares. No recuerdo las cifras exactas, pero vamos, que es buenísimo para el corazón. Y no me digas que no es refrescante un buen vaso de agua fría en un día caluroso. ¡Es pura magia! Indispensable, vamos. No se puede vivir sin agua. Y tu corazón, menos.