¿Qué hacer si comes algo pasado?

Ay, Dios mío… ¿qué hago si comí algo pasado? Me pasó la semana pasada, ¡qué horror! Creía que era un poco viejo ese pollo, pero… ¡qué va! Lo calenté, lo comí, y al rato… ¡zas! Empezó el festival de malestares.

Si tú también estás ahí, con esa mala sensación en el estómago, déjame contarte qué hice yo, y quizás te sirva. Lo primero que pensé fue: “Agua, mucha agua”. Y sí, prioriza la hidratación, ¿eh? Es vital. No pienses en esas botellitas chiquititas, ¡a grandes sorbos, como si te fuera la vida en ello! Porque, créeme, si vomitas o te da diarrea –como a mí– pierdes un montón de líquidos y sales minerales, ¡y eso te deja hecho polvo!

Recuerdo que al principio, cada sorbo de agua parecía una lucha. Sentía el estómago revuelto, como si tuviera un huracán dentro. Tenía que ir despacio, a sorbitos chiquititos, ¿sabes? Como si fuera un pajarito tomando agua en una fuente. Si vomitas, ese es el método, ¡pequeñísimas cantidades! No intentes beberte un litro de agua de golpe. Te lo digo por experiencia, que casi me ahogo con mi propia saliva intentando hacerlo.

Y bueno, después… pues ya sabes, a esperar. A que pase la tormenta. Supongo que depende de lo “pasado” que estuviera el alimento. En mi caso, fueron unas cuantas horas de malestar, pero no llegó a más. A lo mejor hubiese sido mejor ir al médico, pero… bueno, ya aprendí la lección: a la mínima duda, ¡a la basura con la comida! No vale la pena arriesgarse, ¿verdad?